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Son raras las veces que un torneo liguero se defina en un juego, en la última fecha del certamen. El Clausura paraguayo puso frente a frente a Cerro Porteño y Guaraní, el primero y el segundo de la clasificación. El Ciclón pisó el césped del Rogelio Silvino Livieres con la ventaja en la tabla ante un Aurinegro que estuvo apoyado por su gente.
Guaraní comenzó intenso, buscando dar el golpe de entrada. El conjunto de Fernando Jubero se adueñó de la pelota y propuso el juego. Sin embargo, no logró generar acciones concretas contra un rival que se paró bien y soportó estos ataques. Cuando Cerro Porteño empezaba a tener más el balón y tranquilizar el ritmo del cotejo, llegó la acción que cambió el partido.
Alan Benítez le metió un caño a Fernando Fernández, el control le quedó largo y al querer disputar la pelota con Marcos Cáceres, quien llegó antes, bajó la plancha que le valió la expulsión. Al principio, el árbitro Giancarlos Juliadoza le mostró solo la tarjeta amarilla, pero tras revisar la entrada mediante el VAR, modificó su decisión y lo sacó del juego a los 15′.
A pesar del hombre de ventaja, a Guaraní le costó dañar. Hasta perdió el control del compromiso, Cerro Porteño bajó la intensidad aurinegra y el local se ganó algunas amarillas. A los 35′, el Ciclón inquietó en ataque mas no fue determinante.
Un minuto después, la alegría se desató en Dos Bocas. Tras un avance cerrista, Josué Colmán se metió en diagonal y habilitó a Alfio Oviedo, quien definió entre las piernas de Jean Fernandes. El tanto agrandó a Guaraní y fue letal para un Cerro Porteño que se mostró bastante errático hasta el final del primer tiempo.
El técnico Francisco Arce movió sus piezas para el complemento: ingresaron Enzo Giménez y Robert Morales. Jubero, con la ventaja de su equipo, sacó el mismo onceno. Un tavesaño evitó el empate de Morales y de esa jugada nació el segundo golpe local.
Colmán lideró el contragolpe sobre la banda izquierda y habilitó a Marcelo González, quien remató a gol y convirtió a los 50′. Con el 2-0 parecía asegurado el título, más aún por la inferioridad numérica del rival que además de esto tenía en su contra el reloj.
Guaraní jugó con la desesperación azulgrana que a los 63′ casi descuenta: el frentazo, desde el área chica, de Alberto Espínola no tuvo dirección. El Aborigen esperó en su campo, el Ciclón insistió y se expuso a contraataques. El Queso Fernández perdonó el tercero a los 75′, al enviar su tiro al poste, cuando tenía de frente a la portería.
El Aurinegro desaprovechó varios contragolpes y a la postre, con el campeonato casi asegurado, lo lamentó. La pesadilla aborigen comenzó en tiempo de adición: con los tres cambios locales hechos, Gaspar Servio vio la segunda amarilla y M. Cáceres se fue al arco. En la misma acción, Roberto Fernández también recibió la segunda amarilla y Guaraní terminó con nueve.
En medio de este final polémico, Cáceres intervino con acierto en algunas jugadas pero Espínola descontó a los 99′. El tanto dio esperanza a un equipo que en cuestión de minutos pasó de perdedor a campeón. A los 101′ Espínola envió el centro y Juan Patiño conectó el gol del título.
Así, fiel a su historia, en un encuentro perdido hasta que llegaron los minutos de adición, Cerro Porteño logró revertir el marcador y conquistar su 34ª estrella a nivel local que también le permite jugar la Supercopa Paraguay ante el rival de siempre. ¡Salud, Cerro Porteño campeón!