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“Ayer, en el inicio de la noche, el Ministerio Público, después de varias reuniones con la Federación Paulista de Fútbol y con la participación del coordinador del Centro de Contingencia del covid-19, doctor Paulo Menezes, tomó la decisión de permitir los juegos del Campeonato Paulista”, dijo el gobernador Joao Doria a la radio CBN.
“La orientación, hecha por el Ministerio Público, es acatada por el [estatal] Centro de Contingencia del covid-19 y, obviamente, por el gobierno de Sao Paulo”, agregó.
El fútbol -y las demás actividades deportivas- podrá volver a partir de este viernes tras haber sido suspendido desde el 15 de marzo, cuando entró en vigor la fase de emergencia -la más restrictiva- contra el coronavirus en el estado, de 44 millones de habitantes.
La medida iba hasta el 30 de marzo, pero fue ampliada hasta el 11 de abril en medio del empeoramiento de la pandemia, que deja más de 345.000 muertos en Brasil, de los cuales más de un cuarto se reportaron en Sao Paulo.
La gobernación declaró este viernes la fase roja -un escalón menos que la de emergencia- debido a la disminución de hospitalizaciones en los últimos días. Sin embargo, la tasa de ocupación de las unidades de cuidados intensivos es del 88%.
El nuevo periodo va del 12 al 18 de abril y mantendrá el toque de queda nocturno y la prohibición de actividades no esenciales. Aparte de eventos deportivos, se permitirá la operación de locales de materiales de construcción, recoger productos en las entradas de comercios y restaurantes, y clases presenciales en las escuelas estatales con hasta 35% de asistencia.
Los partidos tendrán que disputarse después de las 20H00 horas -cuando inicia el toque de queda- y los clubes deberán cumplir con protocolos sanitarios “más rígidos”, como hacer más tests.
Alivio futbolero
Hasta la suspensión del balompié, el torneo regional, en el que participan Palmeiras, Santos, Corinthians y Sao Paulo, había disputado cuatro de las doce jornadas de la primera fase.
Un par de partidos se jugaron en otros estados, pero el campeonato terminó por paralizarse y provocar un reajuste en el ya apretado calendario futbolístico de Brasil, que además incluye el Brasileirao (inicia a final de mayo), la Copa local y torneos internacionales.
Por la prohibición, el estadio Mané Garrincha de Brasilia acogerá, la próxima semana, la final de vuelta de la Recopa Sudamericana entre Palmeiras y Defensa y Justicia (ARG) y el choque definitivo entre Santos y San Lorenzo (ARG) por la tercera fase de la Copa Libertadores.
Ambos duelos estuvieron en vilo por un fallo judicial que ordenaba retomar las medidas restrictivas contra el covid en Brasilia, pero una instancia superior permitió este viernes la realización de los encuentros.
Palmeiras (campeón de la Copa de Brasil) y Flamengo (campeón del Brasileirao) disputarán el domingo en el Mané Garrincha la final de la Supercopa de Brasil.
Con récords diarios de muertes y hospitales al borde del colapso, el fútbol ha sido criticado por diversos sectores por su empeño, en medio de dificultades financieras, de seguir jugando durante el peor momento de la pandemia en Brasil.
En las últimas semanas más de un tercio de los 27 estados suspendieron los encuentros deportivos, que se disputan sin público desde hace más de un año.