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El nuevo coronavirus cambió el hábito de toda la humanidad, que vive limitado, cumpliendo reglas y normas sanitarias para evitar el contagio del virus. En este contexto, Cerro Porteño y Olimpia juegan el superclásico, el segundo del año y el que puede definir el futuro del torneo Apertura: un triunfo del Ciclón encamina a los dirigidos por Francisco Arce hacia el título, mientras que una victoria del Decano revive aún más la pelea y puede permitir que Libertad y Guaraní estén más cerca de la cima. El partido del domingo, la edición 307 del derbi local, no tendrá el entorno habitual de un duelo histórico y tradicional. La Nueva Olla estará sin público, solo con los protagonistas directos y los hinchas de cartón ubicados en el sector de Plateas.
No es la primera vez que el país sufre de una enfermedad mundial, pero sí será el primer antecedente en el que Cerro Porteño y Olimpia disputen entre sí un duelo sin aficionados. Entre las pandemias más letales de la historia, está la gripe española, que llegó al territorio nacional en el primer semestre de 1918, pero no causante de que el clásico más importante del fútbol paraguayo no tenga fanáticos en el estadio como si ocurre ahora. “La cantidad de muertes registradas en aquel entonces fue de 384 personas en Asunción de una población total de 50.000 habitantes, aunque no se contaron los fallecidos en el interior ni los indígenas del Chaco. Los más pudientes se refugiaron lejos de la capital en sus estancias, aunque hubo decesos en todas las clases sociales”, explicó en marzo de este año a ABC el Dr. Hérib Caballero, doctor en Historia.
En ese tiempo, el covid-19 ya estaba en Paraguay y hoy, seis meses después, en el día 171 de cuarentena, suman 15.290 casos confirmados y 265 fallecidos. A finales de 1918, con la gripe española instalada en la región, El Diario del 26 de noviembre publicaba que “la ciudad presenta un aspecto desolado. Los pocos transeúntes que se ven en las calles llevan no se sabe qué presentimiento en las pupilas y un pancito de alcanfor pegado a las narices. La vida nacional se va paralizando; el tráfico disminuye considerablemente, amenazando desaparece. Por las noches no se ven más que personas que van a las farmacias, en busca de alivio, a comprar a precios exorbitantes un poco de salud”.
En menos de un año, ya entre abril y mayo, la situación era diferente y el pueblo volvía al movimeinto normal. El fútbol también. La Liga Paraguaya oficializó el calendario del certamen de Primera y de todas las divisiones y el clásico, el primer de aquella temporada, fue programado para el sexto mes del año. Lejos de las actuales medidas sanitarias adoptadas por la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF), en aquel entonces, el Franjeado y el Azulgrana jugaron con la presencia de hinchas en un escenario que no fue la Quinta Caballero, donde habitualmente Olimpia oficiaba de local. Para los partidos de primera, según el diario La Tribuna, el Decano fue a un recinto ubicado sobre la calle Estados Unidos.
Domingo 21 de junio de 1919. River Plate vencía 3-2 a Sastre Sport; Nacional superaba 2-0 a Marte Atlético; Libertad igualaba 1-1 con Atlántida y Sol de América derrotaba 3-2 a Guaraní. En medio de estos lances, Olimpia y Cerro jugaban el clásico: Samaniego; Mena y Laconich; Meilicke, Domínguez y Brítez; Caballero, Carreras, Varela; Hermosilla y Torres formaban el once del Decano, mientras que la alineación del Ciclón era con Riquelme; Campercholi y Talavera C.; Denis, Delgado y Martínez; Ávila L., Ávlia D., Uriarte, Talavera T. y Cabdevila. El encuentro, arbitrado por el señor Pratt, representante de Sol de América, terminó 2-1 a favor del Franjeado, que remontó el juego después de caer 1-0 a termino del primer tiempo.
“Los de Cerro a pesar de dominio que ejercían, no consiguieron anotar un goal más, tanto fue así que en dos penales, Talavera encargado de ejecutarlos, enfiló tiros desviados. Antes de finalizar el match, Varela hizo uso de la mano para defender la ball y luego enfilarla con un fuerte shoot al arco de Riquelme, que, en esta oportunidad no pudo evitar el goal ilegal. El capitán de Cerro Porteño, señor Talavera, formuló formal protesta contra la resolución del árbitro, porque éste concedió como válido el tanto marcado por Varela”, expresaba la crónica realizada por La Tribuna en 1919.
“Después del goal ilegal, los teams rivales no consiguieron variar el score, que fue, al finalizarse el match, el siguiente siguiente según el fallo del referee: Olimpia 2 goals. Cerro Porteño 1”, culminaba el medio de la época, que entre abril y julio, páginas investigadas por nuestro medio no trataba la gravedad de la gripe española como actualmente los diarios, los canales de televisión y las radios comunican sobre el coronavirus y los efectos mortales de la pandemia. “El tema del tratamiento de las noticias era extraño a lo que vivimos hoy. Si un dueño no quería que se hable de un tema, no se hablaba. Por más grave que sea. En el magnicidio de Juan Bautista Gill, décadas antes, hubo diarios que ni avisaron del suceso”, aclaró el historiador Fabián Chamorro a ABC.