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Horacio Elizondo está nuevamente en el ojo de la tormenta. El director del Departamento de Árbitros de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF) recibió una serie de críticas en redes sociales después del vergonzoso penal sancionado por David Ojeda. El juez quebró el estado de un partido que estaba resuelto y bordeaba el epílogo. Guaraní ganaba 2-0 y la victoria estaba garantizada, cuando el referee pitó una falta inexistente de Pablo Gavilán sobre Jhohan Romaña, acción que Raúl Bobadilla cambió por gol para establecer el 3-0 y sellar el ascenso del Indio a la cima.
Pero el resultado no oculta el error de Ojeda, quien puede cometer una equivocación al creer que só ocurrió lo que supuestamente vio: un codazo o manotazo de Gavilán a Romaña. Pero el VAR llamó inmediatamente al árbitro, que tuvo el tiempo suficiente para observar la acción desde varios ángulos. La determinación sorpresivamente no cambió y el juez validó la pena máxima. Un hecho bochornoso que suma a los planchazos de Richard Ortiz y Sergio Otálvaro y el codazo de Diego Churín que fueron únicamente sancionados con tarjetas amarillas.
A pesar de contar con la tecnología y ver detalladamente que Gavilán utilizó el brazo para proteger su posición y tomar distancia para salir rápido de contragolpe, Ojeda sumó otro episodio que desacredita la gestión de Elizondo, quien días atrás emitió un comunicado instando a los árbitros a resguardar la integridad física de los futbolistas y a valorar con rigor las consideraciones técnicas ante un posible juego brusco grave. El pedido es del mismo que aprobó la conducción de Mario Díaz de Vivar, quien no expulsó a Ortiz contra Luqueño por la grave infracción sobre Orlando Gaona Lugo.