Este encuentro debía disputarse el pasado 20 de julio, junto a otros 10 partidos de la última jornada de la Segunda División del fútbol español que sí se jugaron, lo que ha dado pie a un gran embrollo que amenaza con alterar el inicio de la próxima temporada.
Una vez que la mayor parte de los jugadores del Fuenlabrada, que quedaron confinados en un hotel de La Coruña, han podido regresar a esta localidad de la periferia de Madrid y que “entre las altas epidemiológicas hay un número suficiente de jugadores de la primera plantilla” , el Comité de Competición de la RFEF “acuerda proponer la disputa del encuentro citado el próximo 5 de agosto”.
El aplazamiento de este partido, que era clave tanto en la pelea por los puestos del play off de ascenso como para la permanencia, ha sumido la Segunda División española en un caos, con guerras de comunicados entre los diferentes equipos afectados y sin saber qué equipo acompañará la próxima temporada en Primera División a Huesca y Cádiz, cuando apenas queda un mes para el inicio del nuevo curso.
Tres equipos están ya clasificados para ese play off (Zaragoza, Almería y Girona) y falta un cuarto, que actualmente es el Elche, pero si el Fuenlabrada gana el partido que tiene aplazado, sería el equipo madrileño. LaLiga anunció después los horarios del play off: 13 y 16 de agosto para la primera eliminatoria y 20 y 23 para la final.
Pero el histórico Deportivo, ya descendido a la Segunda División B (tercera categoría) ha amenazado con no disputar el partido, ya que considera que resultó perjudicado al haberse jugado el resto de la jornada y no poder hacerlo el equipo gallego al mismo tiempo que los rivales que tenía en la pelea por evitar el descenso. Prueba de que no piensa acudir el miércoles al estadio es que los jugadores del ‘Dépor’ no se presentaron este lunes a la convocatoria de LaLiga para realizar los test del COVID-19 obligatorios para poder jugar.
Elche, que reclama jugar el play off, y Deportivo y Numancia, los equipos que perdieron la categoría en la última jornada y que piden anular los descensos y ampliar la Segunda a 24 equipos la próxima temporada, han amenazado con acudir a los tribunales ordinarios si la resolución de la situación la consideran perjucidial para sus intereses, lo que podría acabar afectando también a la próxima temporada en la Primera División.