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La Premier League autorizó el regreso de los entrenamientos en grupos, pero hay quienes se niegan a retomar las actividades por temor al contagio. Es el caso de Troy Deeney, el delantero y capitán del Watford, quien anunció este martes que no será parte de las sesiones colectivas. “Teníamos que volver esta semana. Dije que no iría”, expresó en un podcast deportivo. “Mi hijo de cinco meses tiene dificultades respiratorias. No quiero volver a casa y ponerlo en peligro”, explicó el jugador.
El campeonato inglés espera pasar próximamente a entrenamientos con contacto con el fin de reanudar la temporada en la segunda mitad de junio y terminar el torneo, paralizado en marzo por la pandemia del covid-19. Sin embargo, el virus sigue activo en Inglaterra, segundo peor balance en términos de muertes en el mundo, y los test regulares prometidos a los futbolistas no son suficientes para tranquilizar a Deeney.
“Vamos a estar controlados y estaremos en un ambiente muy seguro, pero será suficiente que haya una sola persona (contaminada) en el grupo. No quiero traer eso a casa”, argumentó, añadiendo que cree que hay incoherencias. “No podré ir al peluquero antes de mediados de julio, ¿pero puedo juntarme con 19 personas en el área para disputar un balón aéreo? No veo cómo eso puede funcionar”, puntualizó.
Además, Deeney señaló el gran riesgo que afecta a las personas de raza negra, como él, asiáticas o de otras minorías étnicas, en caso de contaminación. Una persona negra (con edad, salud y condiciones socio-económicas iguales), tiene un riesgo dos veces mayor de morir si desarrolla el virus que una blanca, según la oficina de estadísticas nacionales (ONS). En las conferencias telefónicas con los dirigentes, “planteé cuestiones muy simples (...) ¿Habrá exámenes complementarios? ¿Test cardíacos para ver si la gente tiene problemas? No. Okay. Pienso que eso debería ser tenido en cuenta”, detalló el atacante de 31 años.