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El segundo programa de “Fútbol Inolvidable” de ABCTV trasladó al fútbol paraguayo a 1998. Los amantes de la selección paraguaya recordaron el Mundial de Francia, que tuvo a Paraguay al borde de una tarde histórica en el estadio Bollaert-Delelis de la ciudad de Lens. La Albirroja aguantó contra el anfitrión, que con el famoso gol de oro al minuto 114 ganó el partido y clasificó a los cuartos de final. Fue un golpazo, sabiendo que faltaba poco para el final y los penales. Una imagen que perdura en el tiempo es la de José Luis Chilavert levantando y animando a sus compañeros, quienes estaban abatidos como si estuvieran en un campo de guerra.
En medio de la conversación con ABC, Carpegiani reveló un deseo que tuvo cuando inició el proceso de convocatoria para el Mundial. “En Olimpia estaba surgiendo un jugador que tiempo más tarde se consagró como un gran artillero. Era alto, fuerte, excelente jugador y había hecho dos o tres partidos. Cuando uno va a la Copa del Mundo, tiene que llevar a los jugadores que observó por mucho tiempo. No estoy arrepentido, porque surgió tarde, pero él podía ir. Era un chico y no tuve la osadía de llevarlo porque tenía jugadores que hicieron una buena Eliminatoria”, expresa Carpegiani en relación, a nada más y nada menos, que Roque Santa Cruz. Por entonces, ese alto, fuerte y excelente jugador tenía 16 años (cumplía 17 en agosto) y había jugado dos partidos en primera.
“Yo había jugado con Saturnino y otros jugadores toda la Eliminatoria, pero ese jugador después se transformó en un gran jugador de Olimpia y de la selección. Me recuerdo bien, porque también lleve a un mediocampista de Olimpia que acabó siendo nuevo. También tuve la infelicidad en el fútbol paraguayo de no tener un número diez, me faltaba el hombre delante de Acuña y los volantes. Paraguay no tenia ese jugador”, agrega el estratega, que sí llamó a Carlos Humberto Paredes, quien no había disputado ningún compromiso de las Eliminatorias Sudamericanas.