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Luis Amarilla tuvo un click en su carrera. El paso de Vélez Sarsfield a la Universidad Católica de Ecuador fue clave para que el paraguayo encuentre la sintonía con el gol, que convirtió al delantero en un goleador determinante para otro salto, esta vez más importante, la Major League Soccer. Atrás, pero sin olvidar quedaban los 13 partidos, sin convertir, en Libertad entre 2013 y 2015; los 20 juegos, con un tanto, en Sol de América durante el 2016 y los 13, con una sola anotación, en el Fortín en 2017 y 2018.
“Me hicieron sentir importante en Ecuador y me sostuve en eso”, expresa el atacante desde Minnesota a ABC. Y lo fue: 20 tantos entre la Primera A y la Copa Sudamericana, superando sus números anteriores en solo 26 presentaciones. La Universidad quedó eliminada en los cuartos de final, pero Amarilla terminó el certamen como el máximo goleador con 19 tantos, con dos tripletes incluidos. “Tenía confianza y esa confianza fue lo principal. Maduré y ya buscaba lo simple, por ahí cuando estaba en Libertad, Sol y Vélez buscaba lo más difícil en el momento del gol. Los goles fueron participes para lograr la confianza”, puntualiza sobre la temporada 2019.
La confianza que cita Luis, fue también el impulsor de una atrevida promesa a los seguidores del Minnesota United: 25 goles en su primer año en la Major League Soccer. “Me describo como un jugador con ambición, siempre presionándome para mejorar (…) Prometí 25 goles”, declaraba en febrero durante su presentación. Días después, convirtió tres tantos en tres amistosos, un anticipo de que hablaba en serio porque en el comienzo del campeonato oficial, el guaraní anotó otros dos. “Es un reto difícil, pero siento que estoy capacitado. También el equipo muestra buen fútbol entonces es más fácil”, cuenta.
Pero esta racha se cortó por la pandemia que afecta al mundo. A pesar que la enfermedad del covid-19 paralizó el fútbol, Amarilla no siente rabia o algún malestar. “La verdad que no, se y soy consciente de lo que vivimos. Me hubiera encantado seguir jugando y convertir goles, porque como veníamos, el arranque fue magnífico (dos victorias en dos partidos)”, recuerda. “Hay que ser realistas y pensar en lo humano”, agrega el atacante, que disputó como titular las dos primeras jornadas de la MLS.
Después de golpear con mayor fuerza a Italia y España, el nuevo coronavirus ya causó más de 25.000 muertes. En Minessota, los casos son menores en cifras con respecto a Nueva York, la ciudad en estado crítico. “En la ciudad donde estoy no hay tantos casos confirmados como en Nueva York. No creían que iba a pasar esto. (…) Trato de buscar formas para no aburrirme. Entreno la mayor parte del tiempo, mañana y tarde, para estar en forma y no perder el ritmo de trabajo”, subraya Luis, quien pensó en regresar a Paraguay cuando aplicaron las medidas de confinamiento.
En 2019, el buen momento de Luis Amarilla no solo generó el interés de su actual equipo, si no que también de la selección paraguaya. Eduardo Berizzo alzó el teléfono y conversó con el delantero. “Sí, hablé con el entrenador. Para mí es bueno que llame porque la llamada para mí no fue una presión sino que fue una motivación. La selección para un futbolista es un sueño y yo trabajo para eso”, admite el futbolista, que vistió la Albirroja en las categorías menores sin la oportunidad de debutar en la Absoluta.
Pero la selección no es único sueño de Amarilla. Hay otro y está en España: el Real Madrid. Con 16 años, el paraguayo tuvo una experiencia Merengue y fue dirigido por Fernando Morientes. El atacante fue a prueba durante dos semanas, marcó una serie de goles, pero no hubo acuerdo. ¿Qué pasó? “Fue una experiencia muy buena, fue a los 16 años y capaz con un poco de inmadurez. Fue a prueba por dos semanas. Me fue bien, hice varios goles, pero no se llegó ningún acuerdo y al retornar Libertad me hizo el contrato. Se manejo de una forma indiferente”, rememora.
Luis no olvida aquellos momentos, pero tampoco piensa que la historia terminó. Quiere revancha y buscará una nueva oportunidad, que el fútbol puede brindarle. “Por más que haya ido a prueba, sigo soñando. Mi sueño siempre fue jugar en el Real Madrid. Tengo una espina clavada porque mi paso fue espontáneo y sigue siendo un sueño retornar o competir contra el Real Madrid”, afirma. Ese sentido de desquite también tiene con Libertad y Vélez. “Uno quiere dejar un huella importante, quiero revancha en Libertad y en Vélez. Soy todavía jugador de Vélez, así que la posibilidad está intacta”, culmina el aregueño de 24 años.