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“Hablé con el entrenador Pablo Caballero, que es un viejo conocido y está en Independiente. Me dijo que quería contar conmigo, y acepté”, relató al Cardinal Deportivo.
“El último año estuvo jugando en el Fuerza Amarilla de Ecuador; después, estuve sin club 6 meses, pero me mantuve en forma”, contó Vargas. “Estoy muy motivado por todo lo que pasó, con hambre de gloria. El apoyo de mi familia y de mis amigos fue importante”, agregó.
“Podría ser mi jubilación”
Consultado acerca de la demanda que entabló contra Luqueño y el expresidente del club, Walter Gustavo Benítez, Vargas contó que sigue en curso y, según su abogado, Diego Tuma, se resolvería a su favor. “Hay bastante dinero ahí, y un amigo me dijo que si se da, podría ser mi jubilación. Aún así, yo quiero seguir jugando”, explicó el entrevistado.