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El superclásico tiene miles de historias y una de ellas corresponde a Mario Grana. Noche lluviosa del 24 de abril de 2005. El Defensores del Chaco recibía otro duelo entre Cerro Porteño y Olimpia. No fue uno más, sino que uno especial: el Ciclón goleó 5-0 con un golazo del ex jugador argentino. Era un tiempo en el que reinaba los triunfos y los títulos azulgranas. Los de Barrio Obrero conquistaron el bicampeonato en 2005 ganando cuatro torneos cortos.
“Venía diciéndole a los compañeros que el Mono (Ricardo Tavarelli) es un arquero que generalmente, cuando uno se está acercando al área, él siempre se adelantaba. Es un córner, cuando voy para el rebote hacen una jugada corta, me dan de primera para atrás y lo primero que pienso es ‘el Mono se está adelantado’. Entonces, le pego por arriba y tuve la suerte que ese día se metió en el ángulo”, recuerda Grana a ABC catorce años después de aquel 2-0 en el Torneo Apertura.
Pero, a pesar de la definición y de la diferencia en el resultado, el clásico más importante y que quedó marcado en la carrera del ex mediocampista fue en el Clausura de ese año. “Olimpia nos llevaba nueve puntos y llegamos a la penúltima fecha con dos puntos abajo. Además, empezamos perdiendo uno a cero. Ese sí lo recuerdo como algo que lo disfruto mucho porque terminamos ganando tres a uno el partido, nos faltaba una fecha, pero nosotros ese día fuimos campeones”, puntualizó.
A poco de un nuevo superclásico (domingo 24 en Para Uno), Grana comparó aquella época con la actual y destacó que aquel plantel se sentía superior a todos, incluyendo al tradicional rival. “Quizá no suene tan lindo decirlo, pero nosotros, no solamente contra el clásico rival, sino que cada vez que salíamos a la cancha nos sentíamos superiores a todos. Cuando uno entraba a la cancha era saber que íbamos a hacer un gol e íbamos a ganar y más en un clásico porque estábamos motivados”, culminó.