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Paraguay arrancó haciéndose con el balón y parecía que el trámite sería similar al juego ante Bulgaria, sin embargo, a diferencia de los europeos, Arabia presionó a la Albirroja en la salida y la incomodó.
Cuando el local logró recuperaciones altas fue peligroso y forzó a los compatriotas a cometer faltas cerca de su propia área. La presión de Arabia obligó a Paraguay a buscar transiciones largas, pero los de Berizzo estuvieron imprecisos y no consiguieron hacer daño por esta vía.
Con el correr de los minutos el partido se picó con un par de encontronazos entre jugadores de ambas selecciones. Tras estos incidentes llegó el mejor momento de Paraguay en el primer tiempo. Todo empezó con faltas sobre Gómez y Cubas, luego los paraguayos recuperaron balones en zona defensiva de los árabes y tuvieron una serie de corners a favor. Además hubo un bombazo de Derlis González que fue desactivado por el arquero árabe.
En el segundo tiempo el partido se enfrió y a Paraguay le costó generar acciones de peligro, por lo cual Berizzo recurrió al banco y dio ingreso a Villasanti y Piris. El lateral respondió enseguida generando una gran jugada.
Piris envió un pase profundo para Derlis González, el 10 ganó la línea de fondo y mandó un centro bajo prefecto que Darío Lezcano envió al travesaño con un mal disparo. Más tarde el propio Villasanti también tuvo una clara chance de cara al arco, pero su disparo salió desviado.
Paraguay había crecido y con buena dinámica se aprovechó de una Arabia desorientada. Fue entonces cuando Almirón tuvo tres chances en las cuales su mala definición y las atajadas del golero rival impidieron que se abra el marcador. Pese a la insistencia albirroja, el gol nunca llegó y Paraguay no pudo romper su racha de no conseguir dos victorias seguidas desde el 2013.