En el único partido de la jornada sabatina, el golpeado Santaní recibió a la Academia de Aldo Bobadilla al borde del caudaloso arroyo Tapiracuái.
El encuentro arrancó con el local proponiendo y yendo mucho al ataque. Su principal estrategia en el inicio fue buscar habilitar a Guillermo Beltran. El experimentado delantero bajó varias pelotas que recibió pero no encontró acompañamiento para generar jugadas de mayor peligro.
A pesar de ello, el equipo que fue dirigido por el entrenador interino Robert Gauto, no se rindió y su insistencia se vio recompensada a los 32’ cuando, tras un buen pase de Tobías Arevalos, Blas Díaz quedó de cara a portería y fusiló a Juan Espínola para la alegría de los hinchas locales.
Nacional intentó llegar al empate sin mucha claridad, pero se encontró con una defensa rival bien ubicada. El 1-1 parcial recién lo consiguió en el segundo tiempo. David Fleitas, en una gran jugada personal, ingresó con balón controlado al área rival, tiró una pared con Marco Duré para terminar definiendo y superando a Ovando.
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Pero cuando el Trico apenas estaba terminando de celebrar la igualdad que tanto había buscado, un pase del lateral Aquilino Giménez habilitó a Pitta para el 2-1. El gol fue lapidario y Nacional no se volvería a levantar.
El que consiguió modificar el marcador una vez más fue el Machetero, esta vez por intermedio de Osmar Leguizamón, tras un desborde de Pitta por izquierda.
El resultado le da esperanzas al equipo santiano que, aún sabiendo que su situación es casi irreversible, se atreve a soñar con permanecer en la máxima categoría del fútbol paraguayo.