Las únicas dos veces que El Rey comenzó con ese récord en su carrera, se quedó fuera de los Playoffs...
Hay que remontarse al 2004, su segunda temporada en la NBA, después de que el estelar alero tampoco disputara las eliminatorias por el título en su campaña de novato.
James hizo las maletas el pasado julio para cambiar a los Cleveland Cavaliers, de la Conferencia Este, por los Lakers, en el Salvaje Oeste. Mientras que en sus últimos años jugaba hasta en cuatro ocasiones con varios de los equipos con los peores récords de la liga, ahora tiene que verse las caras con las mejores escuadras. Y la posibilidad de disputar una novena final consecutiva, con los Golden State Warriors y los Houston Rockets en su zona, parece cada día más lejana.
A pesar de ello, LeBron, que cumplirá 34 años en diciembre, no se alarma.
“No es duro”, dijo tras caer 142-143 en la prórroga contra los Spurs, y tras fallar el tiro que le habría dado la victoria a los de púrpura y oro. “Sé en lo que me he metido. Es un proceso. Lo entiendo. Y va a estar bien. No vine aquí pensando que íbamos a arrasar con todo”, agregó, sin ápice de pesimismo.
El astro llegó a empatar el juego a 128 con un triple milagroso a falta de dos segundos para el final del tiempo regular. En el adicional, sin embargo, erró dos tiros libres, además de la canasta decisiva.
“Un proceso muy largo”
Los Lakers arrancaron la temporada con una derrota en Portland (119-128), perdieron también en su estreno en el Staples Center ante los Houston Rockets (115-124) y sucumbieron nuevamente en San Antonio tras haber tenido la victoria en sus manos.
“Vamos a seguir mejorando. Me gusta la dirección en la que estamos. Obviamente no se está convirtiendo en victorias ahora mismo, pero es un proceso muy largo”, sentenció LeBron.
El equipo angelino perdió además a Brandon Ingram y a Rajon Rondo, dos de sus titulares, durante cuatro y tres partidos, respectivamente, tras una trifulca con los Rockets, acortando aún más una rotación ya de por sí escueta.
Problemas defensivos, un equipo joven e irregular, muchas caras nuevas y demasiadas dudas alrededor de una escuadra diseñada con alfileres han hecho saltar las alarmas.
Tres derrotas frente a tres rivales directos por entrar en playoffs han sembrado de dudas a una de las aficiones más exigentes de la competición, acostumbrada a los éxitos de épocas pasadas.
Los aficionados de Estados Unidos no tuvieron piedad y, tras la última debacle angelina, convirtieron a Kobe Bryant, ganador de cinco anillos con la casaca dorada, en trending topic en Twitter. James tiene varias sombras alargadas en su nuevo equipo. Y, a cada tropiezo, se lo van a recordar.
LeBron parecía el salvador de una franquicia que fue a la deriva en las últimas temporadas. De momento, no ha sido la solución a pesar de firmar promedios de 27,3 puntos, 8,3 rebotes y 8,3 asistencias en casi 40 minutos de juego. Pero esto no ha hecho más que empezar y El Rey no está dispuesto a ceder su corona tan rápido.
Próxima parada: los Suns, en Phoenix, el miércoles. Un triunfo podría suponer el cambio de dinámica que tanto esperan en California. Otra derrota, sin embargo, podría sumir al equipo en su primera crisis.