El Girona arrancó con un punto de energía más que su rival y mucho acierto, sobre todo de sus jugadores exteriores. Al ritmo de Maxi Fjellerup, el equipo catalán arrolló al Breogán, con un ritmo trepidante que obligó a Luis Casimiro a pedir tiempo muerto antes de que la renta alcanzase los doce puntos (7-19).
Entonces, el Breogán se enchufó en defensa y Casimiro hizo debutar al estadounidense Dae Dae Grant, fichado esta misma semana del Radnicki KG serbio para suplir la baja de Charlie Moore. Su entrada le dio otro aire al ataque breoganista, aunque el Girona conservó una cómoda renta al finalizar el primer cuarto (16-24, min.10).
El segundo asalto ya fue otra historia. El Girona se derrumbó, penalizado por su horroroso porcentaje desde la línea de tres puntos. Ni rastro del equipo que dominó el primer cuarto. A Moncho Fernández no le quedó otra opción que parar el encuentro después del parcial 12-3 del Breogán (28-27, min.15).
No aflojó el equipo de Casimiro, que aplastó a su rival con un notable ejercicio defensivo para dispararse en el electrónico con un escandaloso parcial 26-8 camino de los vestuarios (42-32, descanso).
Iroegbu y Fjellerup reactivaron al Girona en la montaña rusa que se había convertido el partido. Su equipo mejoró en ataque, y eso le bastó para entrar con vida en el decisivo último cuarto, cuando un triple del Fjellerup le devolvió el mando del marcador (59-62).
La tensión era máxima, con ambos equipos protestando muchas decisiones arbitrales. La ansiedad también se apoderó de los jugadores, que fallaron muchos tiros fáciles. El Breogán pegó un estirón (72-67), pero una falta técnica a Hilliard por ‘flopping’ y una infantil falta del estadounidense sobre Marcos hicieron soñar al Girona con la remontada (74-72) a falta de cuarenta segundos.
La presión era máxima, y el debutante Grant asumió la responsabilidad en una acción individual para certificar el valioso triunfo del Breogán ante un rival directo en la pelea por la permanencia.