El Madison Square Garden acogía un picante enfrentamiento por el primer puesto del Grupo A del Este, pero a los Knicks solo les valía ganar para seguir en la NBA Cup mientras que los Magic también se podían clasificar perdiendo con una carambola.
Finalmente se dieron los dos escenarios: los Knicks pasaron a cuartos con un 4-0 en el Grupo A en tanto que los Magic estarán en las eliminatorias con un 3-1 y un diferencial de +45 que dejó fuera a los Boston Celtics (3-1 con +23) y los Detroit Pistons (3-1 con +7).
Pese a alcanzar su objetivo, los Magic jugaron con fuego y no se quemaron por muy poco ya que llegaron a perder de 37 puntos en el tercer cuarto, un resultado que si se hubiera mantenido hasta el final le habría dado su 'wild card' a unos Celtics que necesitaban un -37 o peor de Orlando.
Así, los cuartos en el Este en la NBA Cup enfrentarán a los Milwaukee Bucks frente a los Orlando Magic y a los New York Knicks ante los Atlanta Hawks.
Al margen de la copa, el duelo en la Gran Manzana medía a dos aspirantes con galones en el este: unos Knicks con su maquinaria cada vez más engrasada y un potente 8-2 en sus últimos 10 encuentros (13-8 de balance) y unos Magic que, aunque siguen con Paolo Banchero lesionado, habían ganado sus últimos seis encuentros (15-8).
El partido acabó siendo un recital de los Knicks con seis jugadores por encima de los 10 puntos y un 50,6 % en tiros de campo (43,7 % de Orlando) y un 42,9 % en triples (23,1 % de los Magic).
El dominicano Karl-Anthony Towns fue el máximo anotador (23 puntos y 15 rebotes), Jalen Brunson sumó 21 puntos, Josh Hart acabó con un triple-doble (11 puntos, 13 rebotes y 10 asistencias) y también destacaron OG Anunoby (18 puntos), Mikal Bridges (19 puntos) y Miles McBride (18 puntos como reserva).
En Orlando, Franz Wagner consiguió 30 puntos y 6 asistencias y su hermano Moritz Wagner logró 20 puntos y 12 rebotes
Este encuentro tuvo un espectador muy especial en primera fila: el tenista español Carlos Alcaraz, que este miércoles participará en una exhibición de tenis precisamente en el Madison Square Garden.
Rodillo local
El inicio no apuntaba nada a una paliza de los Knicks ya que los Magic entraron con ímpetu al encuentro y tres triples en poco más de cuatro minutos de Kentavious Caldwell-Pope.
A partir de ahí fue un monólogo de los neoyorquinos, que despedazaron al conjunto con el tercer mejor 'rating' defensivo de la NBA.
Brunson tomó el mando de las operaciones, los Knicks golpearon con un parcial de 11-0 y los Magic empezaron a desangrarse con 6 pérdidas de balón solo en el primer cuarto.
Con un 36-27 y un 65 % en tiros de campo, los de Tom Thibodeau desembarcaron en el segundo cuarto con muy interesantes aportaciones desde el banquillo de McBride y Cameron Payne.
El rodillo de los Knicks no se detuvo. Muy generosos en ataque y feroces en defensa, los locales extendieron su diferencia más allá de los 20 puntos con sus figuras turnándose en la ofensiva: Towns, Bridges, Hart...
El destrozo de los Knicks a los Magic al descanso era inapelable: un 71-51 con cinco jugadores de Nueva York ya en dobles dígitos de anotación.
Towns llevaba un doble-doble en el intermedio (14 puntos y 10 rebotes) y Bridges y Anunoby aportaron 11 puntos por cabeza. ¿En los Magic? Wagner se quedó solo como un oasis en un desierto con 20 puntos.
Dado que la ventaja de los Knicks no hacía más que crecer y crecer, pronto llegó el turno de las calculadoras con un punto de ironía: ¿beneficiarían los de Nueva York a los Celtics, uno de sus eternos rivales, ganando a los Magic por 37 o más puntos?
Llegaron a esa cifra mágica para Boston en el tercer periodo, pero entre que los Magic se pusieron las pilas y los Knicks tampoco sintieron la necesidad de seguir apretando el acelerador al final los dos equipos se sacaron el billete para los cuartos de la NBA Cup.