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Aunque el partido duró 48 minutos, en realidad el título comenzó a tomar cuerpo desde el primer cuarto (28-20), cuando los Lakers jugaron un baloncesto de verdad después de no competir con altura en el tercer y quinto de las finales, para arrollar a unos Heat sin nada que ofrecer. LeBron James, quien acabó con un triple-doble de 28 puntos, 14 rebotes y 10 asistencias y fue merecedor de su cuarto premio de Jugador Más Valioso (MVP) en las 10 Finales que disputó, tenía definido el triunfo del quinteto angelino al concluir la primera parte con un parcial de 64-36.
El alero consiguió el undécimo triple-doble en las Finales de la NBA, nueva marca en la historia de la liga. James había sumado 11 puntos, nueve rebotes y seis asistencias, al concluir la primera parte, mientras que los de Miami eran un equipo completamente irreconocible, con fallas en ataque y defensa. De esta manera, el pívot Anthony Davis, quien acabó también con un doble-doble de 19 puntos, 15 rebotes y tres asistencias, y el base Rajon Rondo, quien logró 19 tantos, 13 de ellos en la primera mitad, sentenciaron el partido en la burbuja de Disney, en la ciudad de Orlando.
LeBron tiene en poder un nuevo título de la NBA, el cuarto de su brillante carrera, después de la victoria 106-93. Por su parte, Los Angeles Lakers lograron el decimoséptimo título de campeones del mejor baloncesto del mundo, el primero desde el 2010, e igualaron a los Celtics de Boston como las mejores dinastías de la liga de los Estados Unidos. Además, James logra su cuarto anillo con tres equipos diferentes (en 10 finales) después conquistar los dos primeros con los Heat de Miami y el tercero con los Cavaliers de Cleveland.