De los 41 triunfos logrados en grandes premios a lo largo de su carrera, Senna tan solo firmó dos en el trazado brasileño: el primero de ellos en 1991, año en el que obtuvo su tercer título mundial, y el segundo en 1993.
Fue ese año en el que la leyenda del automovilismo, al volante de su McLaren MP4/8 Ford, consiguió su último Gran Premio de Brasil, gracias a una tormenta que propició la eliminación de su principal rival, el francés Alain Prost (Williams).
Con Prost fuera de su camino, Senna fue al límite, comenzó el ataque hacia el inglés Damon Hill y lo que parecía imposible después de las dos sesiones de entrenamientos, en las que los Williams-Renault de Prost y Hill habían relegado al brasileño a dos segundos, se convirtió en realidad.
Cuando Senna alcanzó la línea de meta, el trazado de Interlagos registró una imagen histórica que permanece viva en la memoria de la Fórmula Uno: cientos de aficionados saltaron la barrera e invadieron la pista para lanzarse a los brazos de su ídolo.
En una euforia colectiva, el público llegó a bloquear casi por completo uno de los tramos del circuito, impidiendo la circulación de los monoplazas.
“Senna es todo emoción, Senna es todo corazón, esta es la gran pasión de su vida”, comentaba un conocido locutor brasileño mientras la televisión transmitía la llegada del piloto a la línea de meta.
El tricampeón mundial (1988, 1990 y 1991) murió un año más tarde, el 1 de mayo de 1994, a los 34 años, al estrellarse contra la curva Tamburello del circuito de Imola, donde disputaba el Gran Premio de San Marino, y está enterrado en el cementerio paulista de Morumbi, a algunos kilómetros de distancia de Interlagos.
A pesar de que ya hace 24 años de su muerte, el piloto de Sao Paulo continúa presente en la Fórmula Uno y cada año es recordado por sus colegas en Interlagos.
Entre sus más fieles seguidores está el pentacampeón británico Lews Hamilton (Mercedes), quien, como cada año, ha vuelto a expresar su admiración por Senna, cuya inicial lleva plasmada en su casco.
“Es una pista en la que siempre recuerdo a Ayrton corriendo y venciendo. Siempre que llego y corro aquí realmente siento su presencia, lo que es un poco extraño”, dijo recientemente el piloto de Mercedes, quien hace dos semanas consiguió su quinta corona en el Gran Premio de México de Fórmula Uno.
Senna dejó su huella en Brasil, un país que por primera vez desde 1969 no cuenta con pilotos en la categoría reina de la Fórmula Uno, después de que Felipe Massa se retirara definitivamente el año pasado.
En el horizonte aparecen los nombres de los brasileños Sergio Sette Camara, actualmente en la Fórmula 2, y de Pietro Fittipaldi, nieto del bicampeón mundial (1972 y 1974) de Fórmula Uno Emerson Fittipaldi.
Sette asumirá la función de piloto de pruebas y desarrollo en McLaren, mientras que Pietro Fittipaldi será el único piloto de pruebas de la escudería Haas en la temporada de Fórmula Uno de 2019.