“No cambiamos nada de un año al otro. Es el mismo camión y el mismo equipo, nos preparamos como siempre. No me importa haber ganado el último Dakar, no me da presión extra”, dijo De Rooy tras pasar las verificaciones técnicas y administrativas que se realizan en la base militar Ñu Guazú, de Asunción.
De Rooy pretende ganar su tercer Dakar en su decimosegunda participación como piloto, tras imponerse también en 2012 y ser mecánico de su padre en 2002. El holandés, de 36 años, sostuvo que la clave es evitar los problemas en la primera semana. “En la segunda semana hay que ganar el tiempo, ese es el plan. La primera semana será más desafiante que la segunda, que igual será difícil. Espero que nos vaya tan bien como en 2016”, sostuvo.
La edición de 2017 partirá el 2 de enero de Paraguay y recorrerá el norte de Argentina y el sur de Bolivia camino a La Paz, donde será el día de descanso el 8 de enero, para luego regresar a Argentina para terminar en Buenos Aires el 14 de enero. De Rooy dijo que “está bueno” que el Dakar salga de Paraguay, pero resaltó que la lluvia que cae sobre la ciudad de Asunción “molesta” mucho.
“El año pasado, al principio, también tuvimos mucha lluvia y nos resultó muy bien. Pero también te puede traer muchos problemas, especialmente cuando sos el primer camión, porque te podés quedar estancado. Los primeros especiales van a ser difíciles”, consideró.
También se mostró relajado con respecto a las seis etapas que se realizarán a alrededor de 3.300 metros sobre el nivel del mar. “En Bolivia me suele ir bien, el año pasado no tuve ningún problema, ningún dolor de cabeza, tampoco nadie del equipo. En la altura baja un poco el calor, por eso no imagino grandes problemas”, señaló.
Con respecto a la llegada en Buenos Aires, dijo que “esta bueno” que el Dakar culminé en una “gran ciudad” porque “hay buenos hoteles y muchos vuelos para la gente”. Sin embargo, remarcó que es posible que la llegada sea “un poco caótica” por el largo trayecto, con un corto especial sin grandes dificultades, que deben recorrer en la última etapa.
De Rooy dijo que el año pasado Kamaz tuvo mala suerte y que en este Dakar volverán más fuertes y presionarán mucho a Iveco. “Tienen buenos pilotos y buenos camiones. Man también hará un buen trabajo, al igual que mi equipo. Lo que me interesa es que uno de nuestros camiones esté en el podio”, concluyó.