La marca del león regresó a esta mítica carrera en 2015 y, un año después, ya logró la victoria gracias al veterano Stéphane Peterhansel. Además, sus pilotos se impusieron en nueve de las 13 etapas.
El objetivo es evidente: conservar el cetro de campeón. “Después de ganar el Dakar y el Silk Way en 2016, es obligatorio”, estimó el director de Peugeot Sport, Bruno Famin. Y cualquiera de sus deportistas podría alzarse con el título al volante de su nuevo 3008.
El favorito es Peterhansel pero no hay que olvidarse tampoco del cinco veces ganador en moto y triunfador del Silk Way en 2016, Cyril Despres, ni del español Carlos Sainz, que ya sabe lo que es saborear el éxito en la categoría de autos.
Sébastien Loeb, nueve veces campeón del mundo de rallies y noveno en su primer ensayo en el Dakar el año pasado, cuando dominó la primera semana de competición, es la última baza de la lujosa alineación de Peugeot.
“El objetivo el año pasado era terminar. El de éste, conociendo a ’Seb’, es ganar” , previno su mítico copiloto, Daniel Elena.
Contar con cuatro pilotos aspirantes es sin duda “una fuerza” a tener en cuenta, según Bruno Famin y Etienne Lavigne, director de la carrera, aunque ésta se caracteriza por estar siempre llena de sorpresas e incertidumbres.
Alta montaña
Toyota se antoja como el principal rival de Peugeot, con tres antiguos ganadores en sus filas: el sudafricano Giniel de Villiers, coronado en el primer Dakar sudamericano en 2009 y tercero en 2016; el catarí Nasser Al-Attiyah, vencedor en 2011 y 2015 y segundo en 2016); y el español Nani Roma, campeón en 2014.
Mini, por su parte, perdió a Al-Attiyah, su antiguo jefe de filas, pero debería aspirar al podio con el finlandés Mikko Hirvonen, que logró un prometedor cuarto puesto en su primera incursión en el Dakar el año pasado.
La carrera se definirá en 12 actos, del 2 al 14 de enero entre Asunción y Buenos, y contará con alrededor de 8.800 kilómetros, de los cuales cerca de 4.000 de ellos en especiales.
El trazado es “muy continental” , según Lavigne, y podría decidirse en la alta montaña boliviana ya que cinco etapas se disputarán a más de 3.500 m de altura.
Por si fuera poco, una de las jornadas de reposo tendrá lugar en La Paz, la capital más elevada del mundo, a 3.600 m, el 8 de enero, algo inédito en la historia de la carrera.
“Mucho sufrimiento”
“Hay muchos pilotos que van a sufrir verdaderamente al rodar en especiales a esas alturas” , apuntó David Casteu, quien ha participado ya 13 veces en el Dakar y hoy mánager del equipo Sherco de motociclismo. “Es la falta de oxígeno, la cabeza te da vueltas” .
Los vehículos también deberían acusar el golpe.
En las categorías de motos el resultado también es incierto. Tras 10 años de dominio sin igual de Despres y Marc Coma, quien ha pasado a formar parte de los organizadores de ASO, el Dakar busca ahora nuevos líderes.
El australiano Toby Price, ganador del año pasado, pondrá su título en juego con las miras puestas en la 16ª corona para KTM.