Mark Webber dejará la Fórmula 1 este domingo en Interlagos, a los 37 años y tras su 215º y último Gran Premio, antes de volver a una de sus primeras pasiones, las pruebas de resistencia, como piloto oficial de Porsche y candidato a la victoria en la próxima edición de las 24 Horas de Le Mans.
“Por el momento, tengo la impresión de que es una carrera normal, pero será seguramente un poco diferente el domingo, ya que habrá ciertas cosas que sea la última vez que las haga en la Fórmula 1” , dijo Webber antes de iniciarse este especial Gran Premio de Brasil para él. “Estaba deseando llegar para tratar de obtener un buen resultado, y me siento bastante relajado” , afirmó en Interlagos.
Webber ha sido el veterano de la parrilla de este 2013, pero no por ello el menos competitivo: siete podios, dos poles, cuatro mejores vueltas en carrera y el australiano opta todavía al podio del domingo, si consigue siete puntos más que Lewis Hamilton en el Gran Premio de Brasil.
Fanático del deporte, Webber organiza desde hace unos años una delirante competición en Tasmania, en la que los competidores, procedentes en su mayoría del triatlón y de otras disciplinas extremas, se extenúan durante cinco días de competición a pie, en bicicleta y en piragua en medio de un paisaje idílico.
El gran Mark siempre “siguió progresando, cada temporada” y “siempre cuidó mucho su forma física, como Ryan Giggs”, el futbolista del Manchester United, subraya satisfecho su director de equipo, Christian Horner.
Sin embargo, el australiano comienza a sentir que la Fórmula 1 “ya no es como antes” e incluso describió que se encuentra en “una pendiente resbaladiza”, por lo que ha decidido retirarse.
El joven Webber llegó a Europa a finales de los años 90 para pilotar un Mercedes de resistencia.
Así pues, cerrará el círculo el año próximo cuando vuelva a esta disciplina con Porsche. “Tengo muchas ganas de disfrutar de un largo invierno y de enfrentar los nuevos retos que se van a presentar”, explicó el australiano.
Pero, ¿qué es lo que va a echar de menos? “Hay ciertas situaciones en la Fórmula 1 que son muy gratificantes, como pilotar el auto al límite en algunos circuitos como Suzuka, Spa, Mónaco. Por lo tanto, eso lo voy a extrañar, como trabajar con gente como Adrian Newey”, el director técnico de Red Bull.
“Aunque también me quedará adrenalina el año que viene en Porsche”, subrayó.
A la hora de hacer balances, los recuerdos afloran fácilmente, incluidos los que proceden de los periodos más difíciles.
“Fue a mitad de los años 2000, con los repostajes de combustible y la guerra de los neumáticos. Era delicado pilotar los autos, y todo el tiempo había que atacar”, recordó el compañero de Sebastian Vettel en Red Bull.
“No podíamos levantar el pie en ningún momento. Sin embargo, hacíamos buenos tiempos, teníamos mucha potencia disponible con los V10 y los tiempos por vuelta eran impresionantes”.
Pero los tiempos han cambiado mucho. Y Webber no va a extrañar todo.
“Desde hace tres o cuatro años, ha habido muchos cambios, las carreras se han hecho aburridas, aunque se introdujo el DRS (el alerón ajustable, que facilita los adelantamientos). Es un poco artificial, pero es bueno para los espectadores en sus casas. No se puede tener todo” , reflexionó Webber.
Respecto al factor disfrute, determinante para un deportista de 37 años, “está todavía ahí”, aseguró el piloto.
“Aunque ya no es como cuando estaba en Jaguar, o como cuando debuté con Red Bull. Es natural. Hago lo que puedo, pero hay un momento en el que me di cuenta de que ya no era como antes, y eso le ocurre a todos los deportistas”, dijo.
“Me voy a ir del paddock muy satisfecho y muy orgulloso. Cuando me fui de Queanbeyan (su ciudad natal, en Nueva Gales del Sur, Australia), no podía imaginarme unos resultados tan fantásticos, correr con pilotos tan buenos en los mejores circuitos del mundo” , confesó Webber sobre su carrera.
“Aprendí mucho sobre mí, sobre todo. Volveré a Inglaterra el domingo por la noche y el martes por la mañana iré a pasear a mis perros”, indicó.
Un sentimiento de gran ligereza, al menos aparente. Pero la marcha del gran Mark va a dejar un vacío en el paddock.