La carrera de este año es la séptima que se disputa en Sudamérica por razones de seguridad. Sainz, bicampeón del mundo de rallies, correrá en su tercer equipo en esta prueba de 9000 km que atravesará Chile y Bolivia y volverá a la capital argentina el 17 de enero.
“El equipo ha traído un coche único e innovador que promete ser extremadamente versátil para los diferentes tipos de terreno a los que vamos a enfrentarnos” , dijo Sainz, que ya sabe lo que es ganar el Dakar después de alzarse con el triunfo en un Volkswagen en 2010.
“El concepto funciona bien. El programa de pruebas nos ha enseñado que es una máquina muy rápida, aunque obviamente es difícil estar 100% seguros de su fiabilidad en una etapa tan temprana”, añadió. Peugeot ganó el Dakar cuatro veces consecutivas de 1987 a 1990, cuando aún se corría en África.
El argentino Orlando Terranova, en el equipo Mini, será la esperanza latinoamericana en la carrera. Junto a su compañero Bernardo Graue, ’Orly’ tratará de mejorar su quinto puesto de 2013 y 2014, su mejor posición desde que debutara en la prueba en 2005 en motos. Terranova ya saboreó las mieles del éxito hace dos años al imponerse en la 10ª etapa entre Córdoba y La Rioja y repitió victoria el curso pasado en la 11ª entre Antofagasta y El Salvador.
En la categoría de motos participará su compatriota Javier Pizzolito (Honda) y en cuatriciclos lo harán el chileno Ignacio Casale (Yamaha), el uruguayo Sergio Lafuente (Yamaha) y el argentino Lucas Bonetto (Honda).
Tras dos temporadas quedándose a las puertas del podio, el objetivo para Terranova es claro: finalizar entre los tres primeros en la categoría de autos. Para conseguirlo, el oriundo de la Ciudad de Mendoza pugnará principalmente con los Peugeot, quienes estarán entre los favoritos según el propio Sainz.
“Ya he competido contra Peugeot Sport en el pasado y sé desde hace años lo que les apasiona el automovilismo”, dijo el piloto español de 52 años.
“También sé que cuando se deciden por una prueba, ponen todo de su lado para conseguirla. Yo soy igual. Teniendo en cuenta lo mucho que amo el Dakar, fue una propuesta demasiado buena como para resisistirme cuando Peugeot me ofreció formar parte de su alineación de pilotos para su regreso a esta aventura única”.
Peterhansel, seis veces ganador del Dakar sobre una moto y cinco veces vencedor en autos, acabó segundo en 2014, sólo por detrás del español y su compañero de equipo Nani Roma. Entonces, Peterhansel se mostró muy crítico con las órdenes de equipo, considerando que le perjudicaron en las últimas etapas.
Nasser Al-Attiyah, ganador en 2011 sobre un Volkswagen, completó el podio el año pasado con el equipo Mini. “El mayor problema que tenemos es que sabemos que somos rápidos. Lo único que no sabemos es cuánto en relación con los demás”, dijo Peterhansel sobre su nuevo Peugeot. “Por ello, la primera fase de la carrera consistirá en probar nuestro auto: saber qué podemos conseguir con tranquilidad o no. Esta es realmente la parte más importante de la estrategia y lo basaremos todo en este conocimiento”.
La alineación titular de Peugeot se completa con el francés Cyril Despres, quien ya sabe lo que es ganar cinco veces en motos pero que debuta este año sobre cuatro ruedas. Hace 12 meses, Nani Roma se convirtió en el tercer piloto en la historia en ganar sobre dos y cuatro ruedas tras Peterhansel y Hubert Auriol y este año intentará reeditar su triunfo junto a Al-Attiyah sobre un Mini.
“Los primeros años fueron duros” , dijo Roma, de 42 años y que debutó en el Dakar en 1996. “2014 estuvo lejos de ser fácil. Aún así, tengo total confianza en el Mini, el equipo hizo un fantástico trabajo”.
Esta edición mantiene sus paisajes de ensueño, desde el escenario lunar del desierto de Atacama a las dunas de Iquique, pasando por las pistas de la Ruta 40 argentina y coronando el Paso del Acay, en la cordillera andina, ¡a 4.970 metros de altura!”.
“Será un maratón para todos”, dijo el director de la carrera Etienne Lavigne. A la salida en Buenos Aires acudirán 665 participantes de 53 países, con nuevas nacionalidades como India, Nueva Zelanda y Taiwán y todos tendrán un objetivo común: coronar “el Everest del automovilismo”, en palabras del propio Lavigne.