Según una circular enviada a los equipos el 11 de septiembre, quedaron prohibidas las conversaciones que contribuyan a “mejorar las actuaciones de los monoplazas y de los pilotos”. El objetivo era otorgar más valor a las actuaciones de los deportistas.
Pero esta decisión radical de la FIA suponía problemas técnicos para las escuderías que no estaban equipadas con los mismos accesorios y pantallas en el interior de los monoplazas para informar a los pilotos más allá de la radio.
Con el objetivo de evitar una situación de desigualdad, la FIA ha autorizado de nuevo, hasta el final de la temporada, las conversaciones referidas a las actuaciones de los monoplazas, pero continúa excluyendo aquellas que conciernen directamente al rendimiento de los pilotos, según un comunicado rectificado por el director de carrera de la Fórmula 1, Charlie Whiting.
El cambio está previsto en la aplicación estricta del artículo 20.1 del reglamento deportivo de la Fórmula 1, que explica que “el piloto debe conducir solo y sin ayuda”. Las conversaciones se han convertido en uno de los aspectos más apreciados por los aficionados y por los periodistas, que pueden comprender mejor y en tiempo real lo que ocurre en la pista.