Ogier ratifica su puesto como destacado líder del campeonato pero deberá esperar al Rally de Francia a principios de octubre para hacerse con el título mundial, ya que matemáticamente el belga Thierry Neuville (Ford Fiesta RS) todavía tiene opciones para lograr la victoria.
En Australia Ogier, gran dominador de la prueba, terminó por delante del propio Neuville y del finlandés Mikko Hirvonen (Citroën DS3).
El piloto del Volkswagen Polo-R suma 212 puntos por delante de los 129 de Neuville. La distancia entre ambos es de 83 puntos por lo que matemáticamente el belga todavía puede conseguir 84 puntos de aquí al final de la temporada (restan tres carreras para completar las 13 del Mundial).
Ogier sólo necesita un punto para asegurarse su primer título mundial, que podía haber logrado este domingo.
Un error de Hirvonen en la última especial, en segunda posición en ese momento, permitió a Neuville hacerse con la segunda plaza y con los puntos necesarios para aguar la fiesta programada en Volkswagen.
“Es una pena. Pero sabíamos que este escenario era posible... Por un punto, todavía habrá que esperar un poco... pero el título no se puede escapar más”, declaró Ogier.
“Dicho esto, es un gran fin de semana. Ganamos el rally y la Power Stage. No podíamos hacer más. El problema de Hirvonen nos deja sin el título. Es así...”, relativizó el francés.
A pesar de la lógica frustración por ver como el título se le escapaba de las manos en el último instante, Ogier sabe que la remontada de Neuville es prácticamente imposible.
“Thierry tendría que ganar los tres últimos rallies de la temporada y todas las Power Stage y yo no lograr ningún punto. Sé que él es talentoso pero...”, sonrió finalmente Ogier.
El francés, impecable en Australia al lograr 18 de las 22 especiales, también permite a Volkswagen acercarse un poco más al título de constructores.
A pesar de que ahora se le abre la posibilidad de lograr el título en su país, Ogier considera que la competencia de Sébastien Loeb, campeón del mundo en las últimas nueve ediciones y que esta temporada sólo participa en determinadas carreras, podría ensombrecer su éxito.
“Lo único que me molesta es que tengo la impresión de tener una carga de trabajo suplementaria. Sería frustrante que Loeb ganara el Rally en el momento en el que yo me convierto en campeón del mundo. No creo que merezca esto”, explicó.
La competencia entre los dos pilotos franceses alcanzo su cénit en 2011, cuando ambos eran compañeros en Citroën y estaban igualados en la lucha por el título. Entonces Ogier se vio obligado por los jefes del equipo a dejar vía libre a Loeb.
Esta situación llevó a Ogier a salir del equipo francés y fichar por Volkswagen, marca con la que ahora podría por fin coronarse en Alsacia, la tierra de su mayor enemigo.