“Mi misión está cumplida”, asegura Rosberg, de 31 años, que se siente “absolutamente” seguro de haber hecho lo correcto. “Abandono en lo más alto de mi rendimiento y ahora voy a emprender nuevos proyectos”, explica el alemán, hijo del también campeón de Fórmula 1 Keke Rosberg, que ganó el título en 1982.
El expiloto se refiere a la maltrecha amistad con su compañero en la escudería Mercedes, el británico Lewis Hamilton, a quien conoció en las categorías inferiores del automovilismo cuando eran adolescentes. “Quizá podamos volver a acercarnos en algún momento, si se da el caso. Estaría bien”, dice Rosberg tras distanciarse de Hamilton durante el último año debido a la rivalidad entre los dos pilotos por hacerse con el título.
Finalmente fue Rosberg quien logró el campeonato, aunque con tan sólo cinco puntos más que su contrincante. El piloto alemán reconoce que su marcha ha supuesto un importante quebradero de cabeza a Mercedes, la escudería con el mejor coche este año, que necesita dar rápidamente con un sucesor. “Sí, sé que mi retirada le ha dejado una situación difícil a la casa”, afirma, pero evita ahondar en el tema.
Rosberg no tiene aún claro a qué se va a dedicar ahora, lejos de los circuitos y del circo de la Fórmula 1, más allá de que quiere dedicar más tiempo a su familia. “Quizá en el mundo de los negocios. Ya hay ideas, pero nada sólido”, asegura.