Aparentemente, el título está decidido, aunque sólo de manera virtual. Solo optan los dos pilotos oficiales de Citroen, después de que el noruego Petter Solberg (Ford) quedara apeado de esta lucha en el pasado rally de Gales.
Solo son dos los que tienen opciones, aunque son compañeros de equipo y desde la escudería el postulado para llevarse la corona es Loeb, por lo que es solo cuestión de tiempo el que lo consiga.
Una ocasión inmejorable es el rally de Francia, que se celebrará en la región de la Alsacia, entre le 4 y el 7 de octubre.
Loeb, gran dominador de las pruebas sobre asfalto, necesita terminar el rally con una diferencia superior a los cincuenta puntos, y ahora está en 61.
Le vale con ser segundo para llevarse el título, y eso en el caso de que Hirvonen venza y se lleve los tres puntos de bonificación de la Power Stage, por lo que tendría que hacer el rally perfecto, mientras que Seb no consiguiera ninguno.
En caso de que el finés no consiguiera la victoria la necesidad de un buen resultado de Loeb disminuye. Si Mikko es segundo, y consigue el mismo extra de puntos, el galo solo tendría que ser quinto; mientras que si el Hirvonen fuera tercero, a Loeb le vale con ser sexto.
En el caso de que Mikko fuera cuarto, Loeb sólo necesitaría ser octavo; y en caso de que el escandinavo fuera quinto, le valdría con ser noveno.
No hay que decir que en caso de que Loeb quede por delante del finlandés sería campeón, lo mismo que si Hirvonen abandona o queda más allá de la octava plaza, aunque sume el extra de tres puntos de la Power Stage.
Es por esto por lo que, mientras Hirvonen esté por delante de Loeb durante la prueba habrá que utilizar la calculadora para saber por dónde pasan las opciones de cada uno para el título.