“Afortunadamente la radio estaba estropeada y no se me oyó llorar como en 2010”, añadió el campeón alemán, asegurando haber visto pasar ante sus ojos “escenas de mi infancia” antes de subir a lo alto del podio.
“Fue de locos. Imágenes de hace mucho tiempo, de los tiempos de mi niñez, cuando estaba dentro de un kart”, precisó el más joven (25 años) piloto de la historia en lograr el triplete mundial.
En referencia al récord de siete títulos de su ilustre compatriota Michael Schumacher afirmó que “el camino está todavía muy lejano para compararme a él”, prometiendo sin embargo “continuar la historia sin flaquear”.