Como en su anterior reelección, hace cuatro años, el francés no tuvo ningún candidato rival, a diferencia de lo que sucedió en su primera victoria, en 2009, cuando superó al finlandés Ari Vatanem.
Entonces Todt sustituyó al británico Max Mosley, cuyo mandato estuvo marcado por la polémica y por el enfrentamiento con las escuderías.
Todt ha sabido pacificar la organización, relanzar el campeonato del mundo de resistencia y el lanzamiento de la Fórmula E, con monoplazas eléctricos.
A sus 71 años, el francés, apodado en el mundo del motor como “el pequeño Napoleón”, también se ha comprometido en el combate por la seguridad vial, lo que le ha valido el reconocimiento de la ONU en ese campo.
En medio siglo en el deporte del motor, donde comenzó como copiloto de rallys, Todt se ha forjado una reputación de patrón de escuderías con las que ha logrado un impresionante palmarés.
Quince victorias y dos Mundiales de rallys, dos triunfos en las 24 horas de Le Mans o cuatro éxitos en el Dakar marcaron sus años al frente de la escudería Peugeot, que dirigió entre 1982 y 1993, antes de pasar a Ferrari.
Al frente de esa escudería conquistó entre 1993 y 2006 trece Mundiales de Fórmula Uno, seis de pilotos y siete de constructores.