Luego de esos dos años fugaces en sus inicios, en el año 1963 integra la preselección Juvenil que dirigía el profesor César López Fretes (+) y Sindulfo Aveiro Stark (+) (PF). Como titular indiscutible en el puesto viajan a Colombia y Pérez como otros buenos de entonces logran conseguir un segundo puesto espectacular, siendo el campeón Uruguay. Al retorno del torneo los jóvenes albirrojos son recibidos como héroes, espera estos muchachos el pronto debut en Primera División. En el año 1963 el Ciclón Cerro Porteño es el campeón y con derecho a competir en la Copa Libertadores de América 1964, teniendo la oportunidad Aníbal Pérez y otros.


CAMPEON ‘66 CON CERRO Y AQUELLA FABULOSA NOCHE ANTE EL REY PELE

Tuvieron que pasar dos temporadas para que el club Cerro Porteño volviera a campeonar. ‘‘Fue uno de mis mejores años y el título lo conseguimos con un gran equipo’’, recuerda. Mientras Pérez se consolidaba en la zaga, junto a Benicio Ramírez, Idalino Monges y Salvador Breglia, conformando una línea de cuatro de lujo.
En esos años fue llamado a integrar la selección de mayores, ‘‘y hubo veces en que tuve que jugar de lateral izquierdo, porque estaban Vicente Bobadilla, o Sergio Rojas o Idalino Monges en el puesto de tres’’, afirma. Aníbal siguió teniendo paciencia y luciendo alto con la Azulgrana y la Albirroja, hasta que llegó aquella noche sensacional, en que jugadores de Guaraní y Olimpia no podían integrar la selección paraguaya que debía jugar dos partidos en Asunción, nada menos, que ante el Brasil del rey Pelé, por la Copa Osvaldo Cruz. ‘‘En el primer partido perdimos 4-0 (fue un miércoles) y en la revancha (28-VII-68) pudimos vencerlo 1-0, con aquel fabuloso gol del Toro Cabral’’, enfatiza, confirmando la monumental noche de Aníbal Pérez, frente al fabuloso rey Pelé. Fue un triunfo apoteótico en donde la estrella de la noche fue Pérez y Paraguay se anotaba un triunfo extraordinario, inolvidable hasta hoy.


LA FELICIDAD TOTAL CON EL VALENCIA DE ESPAÑA

Luego de esa noche encumbrada ante los brasileños, Pérez viajó a la madre patria para enrolarse en el Valencia de España. El capitán azulgrana daba la vuelta olímpica en el Defensores del Chaco, despidiéndose de ese pueblo ciclónico, que lo despedía con hurras y aplausos (a mí me entregaba esa noche el brazalete de capitán. Fue una gran despedida a un extraordinario jugador. Y el Valencia empezó a remontar con la presencia del paraguayo y ya en la temporada 1970, ’71, conseguía el título de la Liga Española de Fútbol, a quien le agregaría otros triunfos sensacionales y copas, estando con ellos el recio, duro y excelente defensa paraguayo Aníbal Pérez, entremezclado con Abelardo, Vidaganti, Antón, Claramut, Cota, Forment, Pellicer, Paquito, Claramet (II), entre otros, bajo la batuta del genial Alfredo Di Estéfano (DT y ex gran goleador argentino que brilló en el fútbol español, jugando por el Real Madrid).

Hoy rememoramos con Aníbal esos momentos brillantes vividos en el fútbol, y una gran chispa salta de sus ojos y una sonrisa se dibuja en sus labios y la emoción de su corazón es un palpitar alocado hacia ese pasado a pleno fútbol. Cerro Porteño, la selección paraguaya, el Valencia de España, como uno de lo maravillosos momentos que le tocó vivir y ahora la familia unida, con sus hijos y nietos, caminando hacía otro derrotero. Es que la vida es un caudal de sorpresas y hay que estar preparado para ella y Aníbal Pérez Miers lo vivió y gozó como mucho otros; como un muro impasable y con gran calidad.

ALGO MAS PARA CONTAR

Julián Aníbal Pérez Miers nació en la ciudad de Itá el 19 de junio de 1944. Casado con Virginia García Martínez (española). Sus hijos son: Lucía Marcia (31) y Julián Aníbal (28). Nietos: Panchi, Huki, Adriana y Sofía.
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Inicio: Club Sportivo Iteño (1981) Primera División. Otros clubes: Olimpia de Asunción (1961 Inferiores; Cerro Porteño (1963 a agosto del ’68 ; 1977); Valencia de España (1968 al ’77) y Deportivo Pereira de Colombia (1978).
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Selección paraguaya: Juvenil 1964 (Campeonato Sudamericano realizado en Colombia) e integrante de varias selecciones de mayores hasta el año 1968.
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Títulos: Vicecampeón Juvenil: Colombia (1964). Cerro Porteño (1966 y ’77) Campeón; Valencia de España 1970, ’71. Copa España y otros con el Valencia.
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Característica: Excelente como central (3) (también jugaba de lateral). Fuerte, duro, potente disparo y de buen salto. Estatura: 1,80 Peso 75 kilos.
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Actualidad: Viviendo una vida hogareña. ‘‘Hace poco dejé la olería que tenía, porque hay mucha competencia y la situación no está para competir con otros’’, acotó.
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¿Tu mejor momento deportivo?: ‘‘Los años que jugué por Cerro Porteño y los que viví con el Valencia en España’’, puntualizó. ¿Tu mejor partido con la selección?: ‘‘Fue aquella noche en que le ganamos a Brasil con el fenómeno Pelé 1-0 en el estadio de Sajonia (hoy Defensores del Chaco) (28-VII-68)’’, historió. Esa noche brilló como los grandes. Rescatamos de uno de los periódicos de entonces este título. ‘‘Aníbal Pérez: Muro albirrojo que contuvo a los brasileños’’. Esa noche el rubio zaguero centro tuvo la nota ‘‘10’’. Es que se fajó un partidazo, y eso le valió para ser transferido a España.
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¿Otros momentos? : ‘‘Lo que viví con el Valencia en España fue sensacional. Fueron mis mejores años’’, enfatizó. El año que salieron campeones (1970, ’71) Pérez jugó todos los partidos, que fueron treinta, sin faltar a ninguno.
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No olvida al extraordinario Di Stéfano: ‘‘Fue un fenómeno jugando al fútbol y como técnico de lo mejor que conocí en mi carrera’’, recuerda. Alfredo fue DT del Valencia desde el año 1970 al ’74. Y hace poco nada más llegaron de España para reportearle a Aníbal Pérez, porque el Valencia fue el campeón español de la temporada, luego de aquel 1970, ’71, donde el paraguayo Pérez lució alto con la 3 en la espalda, ocupando el puesto en la selección ideal de esa temporada.
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El impasable Aníbal, ya sea por abajo o arriba, dejó pintado una rica historia guaraní por tierras españolas. Rescatamos de una revista española esto: ‘‘Aníbal, aquel defensa paraguaya que tenía toda la fuerza del mundo y al que solo le faltó cruzar los Alpes con un elefante a sus espaldas’’, enfatiza la nota admirando su temple y sus triunfos.