Pospuesto salto estratosférico debido al fuerte viento

VIENA. El salto estratosférico con el que el austríaco Felix Baumgartner pretendía convertirse el martes en el primer humano en romper la barrera del sonido en una caída libre fue cancelado debido al excesivo viento.

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“El jueves se abre la opción de intentarlo de nuevo”, aseguró Art Thompson, el director técnico del proyecto patrocinado por Red Bull. “La vida de una persona está en juego, por lo que nuestra principal preocupación es que las condiciones sea tan seguras como sea posible”, explicó.

El director meteorológico del proyecto, Don Day, también coincidió en que “el jueves es un día con potencial” para llevar a cabo esa prueba.

La misión fue interrumpida a las 17:45 GMT del martes (14:45 hora paraguaya), unas dos horas después de iniciarse los primeros pasos para inflar el globo en el que Baumgartner iba a subir a la estratosfera desde Roswell (Nuevo México, EEUU), donde tiene lugar este experimento.

La decepción era visible en el rostro de Baumgartner cuando se canceló la misión, pues el aventurero estaba ya sentado en la cápsula que colgaba de una grúa y bajo el gigantesco globo de helio de 180 metros de altura que debe de elevarlo 36 kilómetros para lanzarse de allí al vacío.

Esta es la segunda cancelación del proyecto en pocos días. El lunes se aplazó hasta el martes, en que finalmente fue pospuesto después de varios retrasos a la espera de que los vientos de altura se aplacasen.

Según los técnicos de la misión, en un lanzamiento óptimo, a una altura de 200 metros apenas debería de haber viento ya que podría poner en riesgo a Baumgartner porque en caso de arrastrar a la cápsula tendría poco espacio para reaccionar.

Baumgartner pasó las últimas horas preparándose mentalmente para este desafío, acompañado por sus padres, su novia y algunos amigos cercanos que viajaron desde Austria para estar cerca en estas horas cruciales.

Fuentes de la familia declararon a la televisión austríaca Servus que pese a la decepción, el equipo de control había tomado la mejor decisión para minimizar los riesgos.

Baumgartner ha hecho antes de este salto definitivo dos ensayos de prueba exitosos. En el último, de junio pasado, se arrojó desde más de 29 kilómetros de altitud y superó los 860 kilómetros por hora en caída libre cerca de los más de 1.100 que marcan la barrera del sonido.

Un equipo médico y de expertos en ingeniería aeronáutica han desarrollado durante cinco años el bautizado como “proyecto estratos” con Baumgartner, y la cápsula y el traje presurizado funcionaron en los dos ensayos anteriores.

El traje presurizado es necesario porque en la estratosfera no hay condiciones para la vida debido a la falta de oxígeno, el frío (por debajo de los 68 grados bajo cero), y la presión, que pueden llevar a que los vasos sanguíneos del cerebro exploten.

Uno de sus asesores es el poseedor del récord del salto en paracaídas desde mayor altitud: Joe Kittinger, de 84 años, que se arrojó en 1960 cuando era miembro de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos desde una altura de 31 kilómetros.

En caso de que todo vaya como previsto, una vez alcanzados los 36 kilómetros de altura, Baumgartner sobrepasaría la velocidad del sonido unos 30 segundo después de iniciar la caída libre para después perder velocidad debido a la mayor densidad de la atmósfera terrestre.

La empresa Red Bull cataloga la misión como científica y el deportista considera que se podrá conseguir información crucial sobre la reacción del cuerpo humano para futuras misiones espaciales.

“Demostrar que un ser humano puede romper la barrera del sonido en la estratosfera y regresar a la tierra sería un paso hacia la creación en el espacio cercano de procedimientos de rescate que actualmente no existen”, ha explicado en una entrevista difundida por Red Bull.

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