“Fue una mezcla de espanto, oraciones, agradecimientos, lágrimas y desmayos”, escribió el local Diario de Pará, el estado del norte de Brasil donde vivía el pequeño.
Según las versiones de prensa, el niño había comenzado a moverse en su cajón durante el velatorio, logró sentarse en el ataud y hasta escupió un poco de algodón que tenía en la boca.
“Después (de beber agua), el niño Kelvys Simao dos Santos fue llevado al hospital, adonde llegó muerto”, escribió el diario Folha de Sao Paulo.
Después de este segundo diagnóstico, el niño fue enterrado.
Según Folha, la policía civil investigará “si hubo error médico en la declaración de la ’primera muerte’ del niño”, que había sido tratado por neumonía días antes de su sorpresivo despertar.