Las autoridades encontraron el cadáver el lunes con ojos vendados y maniatado en el municipio de Tetla, ubicado a unos 140 km de la capital mexicana. Las investigaciones concluyeron que el repartidor de pizza murió desangrado.
Durante la investigación, se conoció que el repartidor Andrés Díaz fue visto por última vez el sábado cuando salió con un pedido de un cliente que habría ya reclamado con palabras altisonantes una pizza tardía.
Los investigadores acudieron al domicilio del cliente en busca de pistas; sin embargo, este respondió violentamente y golpeó a uno de ellos, el cual había descubierto la moto del repartidor.
El cliente, José Luis Lima, de 22 años, reconoció que recibió al repartidor con un golpe, lo metió a su casa y con la ayuda de su mujer continuó con el castigo, que terminó con un encierro de cinco horas atado.
Cuando el repartidor tuvo oportunidad intentó huir, pero Lima lo atacó con un cuchillo, lo llevó a un terreno baldío y lo asesinó.