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Por ley, los agentes no pueden ubicarse en el lugar. Están a 100 metros del semáforo con el único fin extorsivo de cobrar supuestas faltas de transito, principalmente el pasar luz roja, aplicando el famoso juego infantil: “pasará, pasará, el último se quedará”.
El propio intendente de Fernando de la Mora es cómplice de la violación de la ley bajo la excusa de “hacerla cumplir” con el único propósito de recaudar un dinero que nunca ingresa a las arcas del municipio.
Diego Racchi