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Lamentablemente viejas costumbres continúan: La vereda es totalmente ocupada por vehículos que obligan a los transeúntes a bajar a la calzada en un cruce por demás peligroso.
La complicidad del comercio es tal que bajó el cordón de la vereda para que sus clientes estacionen por donde deben transitar los peatones.
Tanta inversión y cero previsibilidad... ¿o es su estrategia a costa de la seguridad de los peatones?
¿Dónde está la Municipalidad? ¿Quién aprobó los planos?
Jorge Wenninger