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A esto se suma el edificio de al lado, que utiliza la vereda como estacionamiento particular obligando a los transeúntes a caminar por la calzada, peligrando la vida de los peatones, en especial niños que asisten a un colegio cercano y, por si fuera poco, la vereda es muy empinada con un piso muy resbaladizo que ya ha ocasionado varias caídas.
Se demuestra la ineficiencia e inutilidad del intendente de Asunción y sus 11.000 “funcionarios” que no pueden hacer cumplir simples ordenanzas municipales.
Gaspar Rojas