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Como consecuencia de las últimas temperaturas registradas en nuestro país, consideradas como calor extremo, que incluso llevaron a consumos históricos de energía eléctrica, surge naturalmente la duda con respecto al origen de estas condiciones, que superan ampliamente el habitual calor paraguayo.
¿Es consecuencia de la deforestación de nuestros bosques? ¿Es consecuencia del calentamiento global? ¿De ambas cosas a la vez? ¿O existen otras condiciones en nuestras ciudades que aumentan las consecuencias de estos fenómenos?
En esta nota, recurrimos al ingeniero Luis Recalde, experto en cuestiones medioambientales, para conocer el alcance de cada uno de estos factores, y cuanto inciden en la realidad que hoy vivimos y por sobre todo para saber si hay forma de ir mitigando sus efectos.
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Calor extremo: ¿deforestación local o calentamiento global?
Cuando hablamos de las altas temperaturas que experimentamos actualmente, para el ingeniero Luis Recalde, “no se pueden achacar directamente a una correlación de la deforestación local, sino al calentamiento global, digamos, macro, pero el calentamiento global es una cuestión mundial que viene dando la mano de las emisiones”.
En ese sentido, Recalde señala que “la deforestación local es una fuente de emisiones, es una más de todo un mundo de las fuentes de emisiones a nivel mundial. Dentro de ese escenario, Paraguay no es un gran emisor, pero obviamente tiene también un rol en emisiones en cuanto a deforestación”, señala el experto.
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Calor extremo: fenómeno aumenta en las ciudades
Recalde señala a su vez que en las ciudades, se genera un fenómeno particular “que es el fenómeno de islas del calor, que hace que la temperatura general sea todavía más notable dentro de la ciudades. Pero eso ya es local, es un microclima urbano”.
“Tiene muchísimo que ver con la cobertura de sombra, la cobertura verde que produce evaporación y bajar la temperatura, entonces podemos hablar de dos cosas en la ciudad, está el clima macro y la ciudad, digamos, tanto, no puede influenciar, pero está el clima micro, que es lo que hay dentro de la ciudad.
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¿Podemos hacer algo para contrarrestar esto?
Para el ingeniero Recalde, “parar las olas de calor no está en nuestras manos en un sentido macro, pero en un sentido micro, sí. Nosotros deberíamos adaptar a nuestras ciudades para que cuando llega la ola de calor, que su efecto no sea tan intenso”.
“Hay que hacer esa diferencia de la pintura grande y la pintura pequeña. Dentro de la pintura pequeña, nosotros tampoco estamos haciendo mucho. En el sentido de que nuestras ciudades no están adaptadas”, remarcó.
“Es transversal la cuestión de los eventos de calor extremos, que no son netamente originados por el cambio climático. Hay más olas de calor con más frecuencia y más intensidad”, resaltó Recalde.
¿Qué podemos hacer como país?
Recalde considera que hay muchas cosas que podemos hacer como país para revertir nuestra situación. “Tenemos que evitar la pérdida de superficie, cosa que todavía tenemos. Tenemos cuestiones que son la restauración de ecosistemas, que es una cuestión urgente también”.
Esto, según el profesional, ”por un lado, sería un pequeño paso en la dirección correcta en cuanto a cambio climático. Es decir, nosotros no vamos a resolver el problema solos, pero por lo menos nos vamos a hacer unos colaboradores más en cuanto a emisiones”-
Por el otro lado, enfatizó lo que podemos hacer para estar más preparados para las olas de calor que van a seguir habiendo. “Eso ya entra mucho dentro del campo de la ingeniería, la arquitectura, planificación urbana, por ejemplo, una cosa que Paraguay está atrasadisimo en planificación urbana, que incluye la transporte, bienestar, servicios”, resaltó.
“Todos esos puntos tienen que estar alineados a decir, no, la transmisión de energía eléctrica tiene que funcionar con altas temperaturas, la transmisión de agua tiene que funcionar con altas temperaturas, el transporte tiene que funcionar con altas temperaturas”, aseguró el ingeniero.