La campaña advierte de que Google se saltó las características de seguridad de Safari e instaló programas que rastrean sus movimientos en internet ("cookies") para ofrecerles una publicidad más ajustada a sus preferencias e intereses.
La exdirectora de la revista británica “Index On Censorship”, Judith Vidal-Hall, es la primera persona en el Reino Unido que ha interpuesto una demanda contra la empresa informática.
“Google dice que no recoge datos personales pero no dice quién decide qué información es personal. Si algo es o no privado, debería decidirlo el navegador, no el buscador”, subrayó la demandante.
El año pasado, Google accedió a pagar 22,5 millones de dólares (16,7 millones de euros) a la Comisión Federal de Comercio de EEUU (FTC) por violar una orden de ese organismo que le obligaba a respetar la privacidad de los usuarios de Safari.
Entonces, la FTC encontró evidencias de que, durante varios meses entre 2011 y 2012, la compañía tecnológica instaló “cookies” de rastreo publicitario en los ordenadores de los usuarios de Safari que visitaron páginas web incluidas dentro de la red comercial de Google “DoubleClick”.
Según el director del grupo Big Brother Watch, que hace campaña por las libertades civiles en el Reino Unido, Nick Pickles, “Google rastrea a la gente cuando ellos han dicho explícitamente que no quieren, así que no sorprende que los consumidores crean que su privacidad ha sido arrollada y que acudan a los tribunales”.
“Este caso podría sentar un precedente legal sumamente importante y podría ayudar a defender la privacidad frente a las decisiones encaminadas a obtener beneficios y que ignoran los derechos de los usuarios”, subrayó el activista.