“No es en absoluto médico. No va a sufrir un trasplante ni una operación. La prótesis se adosará y podrá quitarla cuando quiera”, explica su madre Virginie Contegal a la AFP .
“Cuando nació Maxence, decidimos no ponerle ninguna prótesis médica. Ahora, tendrá una mano del color que le guste, de super-héroe (con una gran “M” de “superMax"), que podrá quitar o poner cuando lo desee. Va a ser divertido durante el recreo con los compañeros” , asegura Virginie Contegal.
Gracias a la tecnología de impresión en 3D, este tipo de prótesis solo cuesta entre 50 y 200 euros, según el tamaño de la mano. Si el niño la rompe o la pierde, podrá hacerse otra fácilmente.
Los papás de Maxence no han desembolsado nada ya que han pasado por la asociación estadounidense e-NABLE, que ha permitido que muchos niños se beneficien de esta tecnología en los países anglosajones. Maxence tenía previsto recibir su mano este lunes, rodeado de su familia.