El anuncio de diciembre de 2015 sobre el descubrimiento de una importante fluctuación en los datos por dos grupos independientes de científicos que trabajaban en el Large Hadron Collider (LHC), un acelerador de partículas gestionado por el Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN), había generado un gran entusiasmo.
Esta fluctuación, con una energía de 750 gigaelectrovoltios (GeV), habría sido seis veces más fuerte que el famoso bosón de Higgs, una partícula elemental considerada clave en la estructura fundamental de la materia, descubierta en 2012.
Pero tras mucha especulación y varias filtraciones en las redes sociales, los científicos anunciaron en la Conferencia Internacional de Física de Alta Energía, en Chicago, que, en realidad, no existía tal fluctuación en ninguno de los dos experimentos.
“El intrigante indicio de una posible resonancia a 750 GeV descomponiéndose en parejas de protones, lo que motivó un interés considerable a partir de los datos de 2015, no ha reaparecido en los datos de 2016, mucho más amplios, por lo que parece ser una fluctuación estadística”, indica un comunicado del CERN.
Los científicos presentes en el encuentro, que se celebra cada dos años, reaccionaron en Twitter a la noticia incluso antes de que se anunciara formalmente.
“No habrá anuncio de una nueva partícula en el #ICHEP2016, pero así es como funciona la ciencia”, dijo Fermilab, el principal laboratorio de física particular de Estados Unidos. “Básicamente dos experimentos en el LHC veían la producción de dos fotones más a menudo de lo esperado”, tuiteó por su parte Brian Colquhoun, un físico de partículas de la Universidad de Glasgow.