Eso puede suponer un paso importante para conservar esta especie marina cada vez más amenazada.
La empresa Taisei ha llevado a cabo el experimento en la costa de la paradisíaca isla de Miyako, en la prefectura de Okinawa (sur de Japón) , según informó en diario Asahi en su edición digital.
Junto a la costa, la empresa logró que 42 larvas de coral alcanzaran la “la fase juvenil”, lo que supone crecer hasta los cuatro centímetros de largo aproximadamente, al colocarlas en unos 600 bloques cilíndricos de cemento ultrareforzado.
Las larvas del coral son normalmente arrastradas por la corriente y, las que logran adherirse a rocas y a otras superficies del fondo marino idóneas para su desarrollo, logran madurar y crecer varios centímetros.
No obstante, la clave para el éxito que ha cosechado Taisei no reside en la superficie empleada si no en la técnica que emplean los ingenieros de la empresa para calcular corrientes, vientos y otros factores que se dan en un punto concreto del mar para poder construir túneles bajo el agua.
Para la formación de arrecifes de coral, además de una temperatura y una calidad del agua idónea, es necesario que ni las corrientes ni el oleaje sean fuertes. De este modo, Taisei calculó en el entorno de Miyako lugares adecuados, tanto por las corrientes como por las características del agua, para la “cria” de las larvas.
La empresa cree que si el sistema utilizado se trasplanta a un punto con unas condiciones medioambientales aún mejores los corales podrían alcanzar un tamaño mayor, y ya negocia la posible venta de esta tecnología con el Gobierno central y con autoridades locales niponas.
La población de coral se reduce en el fondo marino cada año como consecuencia de la actividad humana y los efectos del cambio climático en el océano (como el aumento de la temperatura del agua o la acidificación de los océanos) .