La misión Chang’e-3 saldrá a la 01H30 locales del lunes (17:30 GMT de este domingo) de la base de lanzamiento de satélites de Xichang, en la provincia de Sichuan (suroeste).
“El canal empezará la difusión en directo a medianoche, hagan circular la información”, indicó la televisión estatal CCTV en la red social Sina Weibo.
“Voy a quedarme despierto esta noche para mirar el programa en directo. ¡Viva Chang’e! ¡Viva el conejo de jade!”, indicó un usuario de esta red, mientras otro afirmaba estar “increíblemente orgulloso”.
La misión Chang’e-3 es una etapa importante de la carrera espacial china, todavía muy por rezagada en relación a Rusia o Estados Unidos.
El “conejo de jade”, un nombre que hace referencia a la mitología china, es un “rover” lunar, un vehículo de seis ruedas que, si se cumple el calendario, estará en la superficie de la Luna a mediados de diciembre.
Esta ambiciosa misión tiene por objetivo llevar a cabo el primer alunizaje de la historia espacial china, algo que sólo Estados Unidos y Rusia han conseguido hasta ahora.
El vehículo, que funciona con paneles solares, llevará a cabo análisis científicos, principalmente geológicos, y también enviará a la Tierra imágenes de la Luna en tres dimensiones.
El “conejo de jade”, de 120 kilos, será depositado en la Bahía del Arcoíris, un territorio lunar todavía sin explorar, según la administración espacial china. Esta zona ofrece condiciones favorables gracias a sus horas de sol y también facilita las telecomunicaciones.
El vehículo se desplaza a una velocidad de 200 metros por hora y funcionará durante tres meses.
“Sin tener en cuenta el envío de astronautas al espacio, se trata probablemente de la misión más complicada que China ha puesto en marcha hasta ahora”, asegura Morris Jones, un experto australiano en cuestiones espaciales.
“También es el inicio de un proceso que podría llevar a la Luna a los astronautas chinos después de 2025”, explica a la AFP este experto. Si lo lograra, China se convertiría en el primer país de Asia en enviar un hombre al satélite de la Tierra.
Las sondas Chang’e-1 (lanzada en octubre de 2007) y Chang’e-2 (octubre de 2010) han permitido hasta ahora llevar a cabo observaciones detalladas de la Luna.
China dedica miles de millones de dólares a su carrera espacial, que las autoridades consideran un símbolo de la potencia del país dirigido por el Partido Comunista. La conquista espacial también forma parte del “sueño chino”, el eslógan de la política del actual presidente Xi Jinping.
El gobierno también está trabajando en un programa para crear una estación orbital permanente y con ese objetivo está mejorando desde hace dos años sus capacidades técnicas para acoplar módulos espaciales.
Las misiones espaciales chinas, supervisadas por el ejército, están rodeadas de propaganda patriótica y tienen mucha presencia en los medios oficiales.
No obstante, en Sina Weibo también se expresaban algunas opiniones críticas, dudando del interés “estratégico” del lanzamiento.
“¿Qué tipo de significado estratégico tiene esto?”, preguntó un internauta. “Se está desperdiciando el dinero del contribuyente”, agregó.