La investigación publicada en la revista estadounidense Science, liderada por la Academia China de las Ciencias, revela que no existió esa interrupción y genera así preocupación por el ritmo del cambio climático y su efecto en el principal amortiguador del planeta, los océanos.
“El calentamiento de los océanos es un indicador muy importante del cambio climático y tenemos firme evidencia de que estos se están calentando más rápido de lo que creíamos”, dijo el coautor Zeke Hausfather, graduado de la Universidad de California, Berkeley.
Alrededor de un 93% del exceso de calor -captado en la Tierra por los gases de efecto invernadero que surgen de la quema de combustibles fósiles- se acumula en los océanos.
El último informe se basa en cuatro estudios, publicados entre 2014 y 2017, que dieron una estimación más precisa sobre las últimas tendencias en el calentamiento de los océanos, lo que permitió a los científicos actualizar investigaciones pasadas y perfeccionar predicciones para el futuro.
Un factor clave para las cifras más precisas es una flota de monitoreo de los océanos llamada Argo, que incluye casi 4.000 robots flotantes que “están a la deriva en los océanos y cada varios días se sumergen a una profundidad de 2.000 metros y miden la temperatura, el ph, la salinidad y otra información de los océanos mientras se elevan” , indicó el reporte.
Argo “ha ofrecido información amplia y consistente sobre la temperatura de los océanos desde mediados de los años 2000”, apuntó.
Los nuevos análisis demuestran que el calentamiento de los oceános va en consonancia con las medidas que apuntan a un incremento en la temperatura del aire.
Si no se hace nada para reducir la emisión de gases de efecto invernadero, “los modelos prevén que la temperatura de los 2.000 metros superiores de los océanos subirá 0,78 grados Celsius para fin de siglo”, advirtió.
La expansión térmica -el agua que crece a medida que se calienta- podría provocar un aumento en el nivel del mar de 30 centímetros, superior a cualquier aumento, a raíz del derretimiento de los glaciares y las capas de hielo.
“Si bien 2018 será el cuarto año más cálido del que haya registro, sin duda será el de mayor temperatura de los océanos, como lo fue 2017 y 2016 antes de eso”, dijo Hausfather. “La señal de calentamiento global es mucho más fácil de detectar si provoca un cambio en los océanos”, concluyó.