La agencia espacial estadounidense (NASA) prevé que el choque se produzca a una velocidad de 14.080 kilómetros por hora alrededor de las 19:30 GMT de hoy, cuando la sonda se quedará completamente sin combustible, y deje un cráter en el planeta de 16 metros.
Inicialmente estaba previsto que esta misión de 450 millones de dólares durara un año, pero la NASA la amplió en dos ocasiones para buscar respuestas a las preguntas que dejaron las primeras observaciones de la sonda.
Messenger, que es el nombre corto de “MErcury Surface, Space ENvironment, GEochemistry and Ranging”, fue lanzada en agosto de 2004 y en 2011 se convirtió en la primera sonda en orbitar alrededor de Mercurio, el planeta más cercano al Sol.
Los datos que ha proporcionado la sonda de la NASA son los primeros que llegan desde las cercanías de Mercurio desde los que envió la Mariner 10, también estadounidense, entre 1974 y 1975.
“La misión descubrió una superficie rica en diversidad química, incluidos volátiles. Fotografió estaños huecos donde el material parece haberse evaporado en el espacio bajo el sol abrasador”, destacó la NASA en un comunicado publicado esta semana junto con un vídeo conmemorativo de los logros de la sonda.
“Dibujó un vasto mapa de depósitos volcánicos, descubrió que el planeta entero estaba reducido por 7 kilómetros de radio, y descubrió depósitos de agua helada en las profundidades de cráteres polares donde no llega la luz del sol”, añadió la agencia espacial estadounidense.
Pese a su relativa proximidad a la Tierra, Mercurio sigue siendo un planeta muy desconocido, y la tarea de Messenger ha resultado fundamental para que los científicos comprendan mejor sus características.
Mercurio es uno de los planetas que más ha costado investigar ya que se mueve mucho más rápido que La Tierra y una nave espacial debe desplazarse a unos 104.607 kilómetros por hora para alcanzarlo y además enfrentarse al calor del Sol.
Los científicos de Messenger resolvieron este problema con una gran sombrilla de cerámica que soporta el calor y protege la nave espacial, que está diseñada además para limitar su estancia cuando pasa por áreas más calientes. También se utilizaron otros materiales de alta tecnología como paneles solares y otros instrumentos para mantener la temperatura dentro de sus rangos.
Mercurio, Venus, Tierra y Marte son planetas terrestres rocosos, pero de ellos Mercurio es el más pequeño, el más denso, el que tiene la superficie más antigua, el que registra mayor variación diaria en la temperatura de su superficie y, a la vez, el menos explorado.
Para los científicos, la comprensión de este eslabón entre los planetas terrestres es crucial para entender mejor cómo se formaron y evolucionaron los planetas del Sistema Solar.
Una de las observaciones más sorprendentes realizadas gracias a Messenger fue el hallazgo en 2012 de pruebas que sugieren que Mercurio alberga agua congelada en cantidades abundantes en sus cráteres polares a los que jamás llega la luz del Sol.
La sonda Messenger, de tamaño similar al de un automóvil, se convertirá mañana en el primer objeto creado por humanos en caer sobre la superficie de Mercurio. Aunque la sonda fue lanzada en 2004, la misión se constituyó una década antes y casi 15 años antes la agencia espacial estadounidense comenzó a debatir el concepto de la misma.