Sonda Juno investiga composición de Júpiter

MIAMI. La NASA celebró un triunfo clave el martes luego que la sonda Juno lograra introducirse con éxito en la órbita de Júpiter en una misión para investigar el origen del sistema solar.

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El Jet Propulsion Laboratory de la NASA, en Pasadena, California, estalló en júbilo cuando el observatorio ingresó en la órbita del mayor planeta del sistema a las 03:53 GMT de este martes (23:53 del lunes en Paraguay).

“Estamos dentro”, gritó Scott Bolton, responsable científico de la misión de la agencia espacial estadounidense. “Es casi como un sueño hecho realidad”, agregó.

La sonda no tripulada y propulsada por energía solar viajó 2.700 millones de kilómetros desde su lanzamiento hace cinco años desde Cabo Cañaveral, Florida.

“Este maravilloso universo que miramos, ¿cómo funciona y cómo comenzó?, inquirió el científico de la NASA Steve Levin. “Esa es una de las maravillas de trabajar para la NASA y trabajar en grandes proyectos. Uno llega a responder grandes preguntas”, agregó.

Los nueve instrumentos de la sonda incluyen una cámara, que antes de comenzar a orbitar tomó imágenes de Júpiter y sus lunas deslizándose a diferentes velocidades.

“En toda nuestra historia nunca hemos sido realmente capaces de ver el movimiento de un cuerpo celeste contra otro”, dijo Bolton tras exhibir el video durante una conferencia de prensa luego de la entrada en órbita de la sonda.

“Este es el rey de nuestro sistema solar y sus discípulos girando a su alrededor”, señaló. “Para mi, es muy significativo. Finalmente somos capaces de ver con un video real, con tomas reales, este movimiento, algo que hasta ahora solo habíamos sido capaces de imaginar” , indicó.

Todo el equipo no esencial de la sonda fue apagado para el ingreso a la órbita, pero las primeras imágenes posteriores llegarán en los próximos días, dijo la NASA.

Uno de los objetivos principales de la misión será comprender mejor de qué se compone el interior, hasta ahora inobservable, del planeta gigante.

Juno, una misión de 1.100 millones de dólares, va de igual modo a cartografiar los campos gravitacionales y magnéticos de Júpiter para determinar su estructura interna. El observatorio efectuará una serie de 37 sobrevuelos alrededor de Júpiter, la mayor parte entre 10.000 y 4.667 kilómetros sobre la espesa capa nubosa, durante una misión científica de 18 meses.

Los sobrevuelos de Juno serán mucho más próximos al planeta gigante que el precedente récord de 43.000 kilómetros establecido por la sonda estadounidense Pioneer 11 en 1974. Después de las dos primeras vueltas de 53,5 días, Juno se colocará a partir de octubre en una órbita de 14 días que le hará pasar sucesivamente cerca de los dos polos.

Durante sus sobrevuelos, los instrumentos de la sonda penetrarán la espesa capa de nubes para estudiar las gigantescas auroras boreales, su atmósfera y su magnetósfera.

Juno no solamente debe ayudar a desentrañar los secretos que encierra Júpiter, sino también suministrar nuevos índices sobre las condiciones imperantes al momento del inicio del sistema solar, cuando el planeta gigante estaba en formación.

Los responsables de la misión advierten sobre los riesgos potenciales para Juno al aproximarse tanto al planeta. Mencionan principalmente la capa de hidrógeno —90% de la atmósfera—, sometida a tal presión que actúa como un poderoso conductor eléctrico.

Según los científicos, este fenómeno combinado con la rápida rotación de Júpiter —un día jupiterino dura solamente 10 horas terrestres— generan un campo magnético muy potente que rodea al planeta y puede amenazar a la sonda.

Para protegerse de las fuertes radiaciones, Juno está provista de una sólida armadura de titanio que cubre sus instrumentos electrónicos, su computador a bordo y sus cables eléctricos. De 172 kilos, esta bóveda reducirá las exposiciones a las radiaciones 800 veces en comparación con la parte no protegida.

Juno lleva a bordo tres estatuillas Lego hechas de aluminio. Representan a Júpiter, el rey de los dioses en la mitología romana; a su esposa y hermana Juno; y a Galileo, el científico italiano que descubrió las cuatro grandes lunas de Júpiter.

Hace más de 20 años, la misión Galileo de la NASA permitió estudiar las lunas de Júpiter, entre ellas Europa, dotada de un océano de agua bajo su espesa capa de hielo, donde podrían existir organismos vivos.

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