Es un viaje pionero que puede ofrecer una perspectiva sin precedentes sobre este planeta.
La sonda comenzó este miércoles a las 09:00 GMT (05:00 hora paraguaya) su primer descenso para introducirse en la atmósfera del planeta gaseoso gigante, donde se desintegrará el próximo 15 de septiembre, poniendo así fin a una misión científica sin precedentes.
El descenso comenzó a la hora prevista y fue anunciado por la NASA en un tuit: “¡Ya está! En el espacio entre Saturno y sus anillos. Los instrumentos están en marcha pero no tenemos más contacto con la Tierra. ¡Ahí vamos!”.
Luego vendrá la dramática espera de noticias.
Las comunicaciones entre la nave no tripulada y la Tierra quedarán cortadas durante la inmersión y no se restablecerán hasta un día después. Si Cassini sobrevive al viaje, podría hacer contacto vía radio hacia las 07:05 GMT (03:05 hora paraguaya) del jueves 27 de abril.
“Las imágenes y otros datos (de Saturno) comenzarán a llegar poco después de que se restablezca la comunicación”, señaló la NASA.
Cassini es una misión de 20 años que se ha desarrollado conjuntamente entre la Agencia Espacial Estadounidense, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Italiana.
“Cassini ha producido un tesoro de descubrimientos que nos harán reescribir varios temas de las obras de ciencia planetaria”, estimó el martes ante la prensa Nicolas Altobelli, un responsable científico de la misión de la ESA, al margen de la conferencia de la Unión Europea de Geociencias que se celebra esta semana en Viena.
La sonda de 6,7 metros de largo fue lanzada en 1997 y comenzó a orbitar Saturno, el sexto planeta desde el Sol, en 2004. Ya se está quedando sin combustible y hará una última exploración suicida en la superficie de Saturno el 15 de septiembre.
La decisión de acabar con esta misión fue tomada en 2010 con la intención de evitar la contaminación de satélites como Encélado, que en el futuro podrían ser sujeto de exploración en busca de señales de vida.
Aventurarse a inspeccionar por primera vez este planeta y sus anillos es “un peligroso momento en la misión”, dijo Luciano Iess, miembro del equipo de Cassini en la universidad Sapienza de Roma, en la reunión de la Unión Europea de Geociencias en Viena.
Cuando roce Saturno a una altitud de cerca de 3.000 kilómetros, la nave estará más cercana que nunca a la banda de hielo y rocas espaciales que rodean el planeta. Los escombros en esas regiones se desplazan a unos 109.000 Km/hora.
Los anillos que rodean Saturno, un gigante de gas, tienen miles de kilómetros de ancho, pero sólo de nueve a 90 metros de profundidad. Las últimas inmersiones de Cassini buscan ofrecer una mirada inédita sobre estos anillos y revelar más información sobre su masa y su edad.
“Si los anillos son masivos, esto significa que son viejos. Pueden datar de la época en que se formó el sistema saturniano”, dijo Iess. Pero “si la masa es poca, entonces los anillos son jóvenes y se habrán formado en un proceso distinto”, añadió.
Algunos científicos creen que los anillos pueden haberse formado a partir del choque de los asteroides con las lunas de Saturno, lo que habría dejado un rastro de escombros. El planeta tiene más de 60 lunas.
Recientemente, Cassini detectó hidrógeno en emanaciones surgidas de fisuras de la espesa capa de hielo de Encélado, lo que evidenciaría reacciones hidrotermales propicias a la presencia de vida. “Aunque no detectamos vida, encontramos una fuente de alimentación de la vida”, explicó Hunter Waite, del Southwest Research Institute de San Antonio (Texas).
El sobrevuelo también proveerá más información sobre el interior de Saturno.