El avión pilotado por el suizo Bertrand Piccard despegó el lunes a las 06:30 GMT (02:30 de la madrugada en Nueva York, misma hora en Paraguay), desde el aeropuerto John F. Kennedy, después que el príncipe Alberto de Mónaco diera luz verde desde el principado donde se encuentra el centro de control de operaciones de la travesía.
“Heme aquí solo durante cuatro días sobre el Atlántico, sin una gota de gasolina”, escribió el aventurero Piccard en Twitter momentos antes de despegar. “Es la primera vez que despego del JFK”, dijo luego en una transmisión en vivo desde el avión, mientras ascendía hacia el cielo oscuro, al continuar una peligrosa travesía que busca promover el uso de energías renovables.
A las 01:30 GMT del martes (21:30 del lunes en Paraguay) el avión volaba cerca a las costas de la provincia canadiense de Nueva Escocia y giraba para adentrarse en el océano tras volar siguiendo la costa norteamericana durante el día.
En su blog, Piccard relató como vivieron desde la aeronave la ’Luna de fresa’ (Strawberry Moon), un fenómeno que ocurre cuando hay luna llena el día del solsticio del verano boreal. Hemos tenido “una brillante luna llena que nos guía al cruzar el océano Atlántico”, señaló.
Piccard solo podrá tener breves momentos de sueño durante las 90 horas de vuelo hasta Sevilla.
El piloto suizo, de 58 años, se alterna con su compatriota André Borschberg, de 63, al mando de Solar Impulse 2, un monoplaza de cuatro hélices movidas por la energía suministrada por sus 17.000 células fotovoltaicas instaladas en sus alas.
No más pesado que un automóvil y con una envergadura de 72 metros similar a un Jumbo 747, el avión surca los cielos a una velocidad que generalmente no excede los 50 km/h, pero que puede duplicarse con una exposición directa al sol.
Su poco peso (1,5 toneladas) hace al Solar Impulse 2 muy sensible a las turbulencias.
El “avión de papel” cumple sobre el Atlántico la 15ª etapa de su vuelta al mundo, iniciada el 9 de marzo en Abu Dabi, Emiratos Árabes Unidos. Cuando llegue a Sevilla le faltará un tercio del viaje, el cruce de Europa y el Medio Oriente, para volver a su punto de partida.
En su etapa más larga, el Solar Impulse 2 voló 118 horas desde de Nagoya, en Japón, hasta el archipiélago estadounidense de Hawái. Le correspondió a André Borschberg pilotear en esa larga etapa de 6.437 kilómetros sobre el Pacífico occidental.
Hasta ahora el avión ha cruzado Asia (con escalas en Mascate, Ahmedabad y Varanasi en India; Mandalay en Birmania, Chongqing y Nankin en China; y Nagoya en Japón), el Pacífico con escala en Hawái, y después Estados Unidos (con escalas en San Francisco, Phoenix, Tulsa, Dayton, Lehigh Valley y Nueva York).
En Hawái, tuvo que hacer una larga escala técnica de casi 10 meses para arreglar unas baterías, dañadas en la primera etapa de su vuelo sobre el Pacífico, que duró cinco días entre Nagoya y el archipiélago estadounidense.
Los pilotos se turnan en una pequeña cabina de 3,8 m3, que concentra equipos de alta tecnología.
Equipada con tanques de oxígeno para permitir respirar a los pilotos, la cabina no está presurizada. La cabina está recubierta con una espuma aislante que permite enfrentar las temperaturas extremas durante el vuelo (entre +40 y -40 grados Celsius).
El avión construido en Suiza fue llevado a Abu Dabi en enero de 2015 en un avión de carga. La travesía debía haber durado cinco meses, de marzo a agosto de 2015, pero los caprichos del clima condujeron a numerosos retrasos entre las etapas.