Se disparan ventas de yodo en EE.UU. por miedo a radiación

WASHINGTON. Las ventas de pastillas de yodo, efectivas contra la contaminación radiactiva de la tiroides, se han disparado en Estados Unidos debido al temor de que la radiación existente en Japón alcance la costa oeste del país.

Esto es según publica hoy la web de The Wall Street Journal.

El diario alerta de que las existencias de ese tipo de pastillas se están agotando en los almacenes de algunos de sus fabricantes en Estados Unidos, entre los que destaca Anbex, que sólo el sábado vendió más de 10.000 paquetes de catorce pastillas cada uno.

Según informó la firma al rotativo neoyorquino, el centro de pedidos de Anbex ha llegado a recibir tres encargos por minuto de sus paquetes -valorados en 10 dólares-, mientras que normalmente tres son los pedidos que se le encargan en una semana habitual.

 

"Quienes no los consiguen se ponen a llorar. Están aterrorizados", aseguró al diario el presidente de la compañía con sede en Virginia, Alan Morris, quien detalló que su personal informa a sus clientes de que el riesgo de que la radiactividad alcance el territorio estadounidense es bajo.

También han aumentado en los días recientes las ventas de la compañía Fleming Pharmaceuticals, especializada en la fabricación de yodo líquido, que recibe, según dicen sus responsables, "docenas de llamadas cada hora, así como pedidos por correo electrónico" de las botellas de su producto ThyroShield. Esa última firma aún cuenta con existencias de ese producto -cada botella tiene un precio de 13,25 dólares-, aunque prevé que se acaben esta misma semana.

La administración en el cuerpo humano de yodo, ya sea en pastillas o en su forma líquida, es una de las soluciones para prevenir la contaminación radiactiva de la tiroides. El objetivo es bloquear la demanda de yodo de la tiroides que, al tener cubiertas sus necesidades con la administración controlada de ese elemento químico, no requerirá más y rechazará así el agente radiactivo que esté en el ambiente.

La situación en la planta nuclear de Fukushima, en Japón, entró hoy en fase crítica tras un incendio y una nueva explosión, que desataron el temor a una fuga masiva de radiactividad y la declaración de un radio de exclusión aérea de 30 kilómetros. El diario asegura que las autoridades estadounidenses, especialmente las de los estados de Washington y California -entre los que se encuentran en la costa pacífica del país y, por ende, más cercanos a Japón- no han detectado altos niveles de radiactividad en su territorio y no han pedido a la población que tomen medidas ante una posible presencia de radiactividad.

"Japón ha evacuado un área de unos 20 kilómetros alrededor de las plantas nucleares. El estado de Washington está entre 8.000 y 9.600 kilómetros de Japón", señaló el portavoz del Departamento de Salud de ese estado, Tim Church. También las autoridades de California han pedido a sus residentes que eviten tomar medidas por su cuenta, como la ingestión de yodo, ya que puede tener efectos no deseados sobre niños, personas que tienen alergias al marisco y aquellas que tienen problemas de tiroides.

Las ventas de yodo en Estados Unidos se han disparado, sin embargo, debido al nerviosismo existente por la posibilidad de que se desate una catástrofe nuclear en Japón mientras hoy mismo se ha declarado otro incendio en el edificio del reactor número 4 de la central nuclear de Fukushima, en el noreste de Japón, donde otros tres reactores sufren problemas tras el terremoto del viernes.

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