El fenómeno ‘está relacionado en gran medida con el calentamiento global; aunque, adicionalmente, sí hay un pequeño componente de más calor por la inyección de magma‘ en el edificio volcánico, que se registró en 2001, apuntó Yepes.
Pese a que las condiciones volcánicas no han variado y el Cotopaxi presenta una actividad magmática de baja intensidad, ‘a medida que el calentamiento global aumente, uno de los efectos más sensibles será el deshielo de los glaciares‘, añadió el científico.
El volcán Cotopaxi, situado a unos 70 kilómetros al sur de Quito, tiene la forma de un cono invertido casi perfecto, y su glaciar, que se puede observar desde la capital, no ha presentado en muchos años un deshielo como el actual.
La parte más afectada y visible es la cara occidental del Cotopaxi, que presenta un gran boquete en el glaciar, que va desde el cráter hasta pocos metros por encima del límite inferior del hielo.
Según vecinos de poblados cercanos al coloso, ‘nunca se ha visto algo igual‘ en este volcán, que es uno de los más vistosos del país, que cuenta con medio centenar de volcanes, una decena de ellos en actividad.
Respecto a la actividad volcánica del Cotopaxi, de 5.897 metros de altitud, el Instituto Geofísico ha informado de que es baja, aunque mantiene una vigilancia permanente ante la posibilidad de que aumente su intensidad.
Una eventual erupción del Cotopaxi podría afectar a los valles de la zona de expansión de Quito, muy poblados, y también a la ciudad de Latacunga, capital de la provincia que lleva el nombre del volcán, como ha sucedido en el pasado. EFE