Eso afirmó Yevgueni Mikrin, director general de la corporación “Energía”, fabricante ruso de cohetes y vehículos espaciales.
“Estamos trabajando para tener la posibilidad en 2019 de enviar a dos participantes de un vuelo comercial con un comandante y reducir a tres horas el tiempo de vuelo hasta el acoplamiento (con la EEI)”, dijo Mikrin en declaraciones a la agencia de noticias rusa Interfax.
Entre 2001 y 2009 Rusia envió a la plataforma orbital a siete turistas espaciales, que desembolsaron decenas de millones de dólares por vivir la experiencia.
El primero en comprar un viaje para ver de Tierra desde la Estación Espacial Internacional fue el estadounidense Denis Tito, y el último, el canadiense Guy Laliberté, fundador del “Circo del Sol”.
La cantante británica Sarah Brightman tenía planeado viajar a la plataforma orbital el 1 de septiembre de 2015, pero interrumpió los entrenamientos y desistió del vuelo argumentando “motivos familiares”.
Mikrin indicó que la reanudación de los vuelos de particulares a la EEI permitirá captar decenas y cientos de millones para financiar programas espaciales. En todo caso, los turista espaciales podrán viajar a la EEI solo cuando haya plazas libres en las Soyuz.
El director general de “Energía” indicó que la corporación trabaja en la fabricación de una nueva nave tripulada, la “Federatsia” (Federación), que podrá llevar a cuatro cosmonautas a la plataforma orbital.
“Parte de esas plazas pueden ofrecerse a clientes particulares. A propósito, la mayoría de ellos se ofende cuando les llaman 'turistas'”, dijo.