La organización trabaja en conjunto con el gobierno de Corrientes para recuperar la flora y fauna de los Esteros del Iberá, un extenso humedal que abarca entre 15.000 y 25.000 kilómetros cuadrados donde se encuentra la isla de San Alonso, lugar donde fue encontrado el animal.
El hallazgo se realizó gracias a fotografías registradas por cámaras “trampa”, que luego fueron analizadas por biólogos del Instituto de Biología Subtropical del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), quienes confirmaron que se trataba de un ejemplar de ocelote.
“El ocelote es un felino salvaje de tamaño mediano que habita en América, cuyo rango de distribución original iba desde el sur de Estados Unidos hasta el centro de Argentina”, explicó a Efe Sebastián di Martino, coordinador de programas de reintroducción de especies de Conservation Land Trust.
El experto describió al animal como “un gato con manchas oceladas, alargadas, con un borde negro y con una coloración marrón rojiza en su interior”. “Como casi todos los felinos, son difíciles de ver a simple vista, sino que se registran a través de huellas o por presencia de pelos o de heces”, añadió, y detalló que “en este caso el hallazgo es más entretenido” porque se le ha sacado una foto que permite confirmar la presencia del animal.
En el pasado, señaló, fue una especie “muy perseguida” por el valor de su piel, que se vendía para hacer tapados. Otro problema que contribuyó a la desaparición del ocelote en Corrientes fue “ la destrucción del hábitat ” .
Por la forma en la que lo encontraron, “de casualidad” mientras trabajaban en el seguimiento de osos hormigueros gigantes reinsertados con éxito en el Iberá, los investigadores albergan la esperanza de que no sea un único individuo.
“Lo que nosotros esperamos es que este individuo no sea uno solo, sino que haya otros que permitan que la especie pueda reproducirse en ese lugar, y que no sea únicamente un remanente de una población que se ha extinguido”, concluyó Di Martino.