El estudio fue publicado este jueves en la revista PLOS Computational Biology.
Los investigadores concluyeron que, aunque el virus de la gripe se propaga más fácilmente durante el clima invernal, las pandemias no se extienden tan fácilmente ya que las mismas infecciones crean protecciones inmunológicas durante esa época.
Estas condiciones provocan que durante la primavera y al inicio del verano se abra una ventana para que las pandemias de gripe se propaguen entre una población más desprotegida, contrariamente a lo que cabría esperar.
“La típica temporada de gripe deja una estela de inmunidad que previene la propagación de nuevos virus”, dijo Lauren Ancel Meyers, de la Universidad de Texas en Austin.
Meyers y sus colegas constataron que las seis grandes pandemias de gripe ocurridas a nivel mundial desde 1889 han ocurrido o bien en primavera o en verano.
Los investigadores crearon un modelo informático que imita la propagación del virus durante la temporada de gripe. Después de miles de simulaciones confirmaron su hipótesis de que “la combinación de condiciones invernales y la inmunidad contra el virus efectivamente conducen a pandemias de primavera y verano”.
Para Meyers y los otros investigadores, la confirmación de su hipótesis puede ayudar a las agencias de salud pública a responder a nuevas amenazas víricas.